El equipo vigués despide el año con otro tropiezo en Balaídos y queda un punto por encima de los puestos de peligro
23 dic 2013 . Actualizado a las 10:36 h.El último partido del año en Balaídos resultó familiar a la afición celeste. El Celta se vio pronto por debajo en el marcador y pudo recibir más goles tras un tibio comienzo en el que los de Luis Enrique pagaron su excesiva fragilidad cuando no tiene la pelota. Pero a pesar del chaparrón de ocasiones de Osasuna en el tramo central del primer tiempo, el Celta consiguió llegar al descanso con un empate logrado a medias entre Augusto Fernández y el rojillo Lolo. Fue mejor con la pelota en el segundo tiempo el equipo celeste, pero le faltó algo de chispa en los últimos metros para meter en mayores apuros a Osasuna, que cierra la zona de descenso con sólo un punto menos que el Celta, que anhela para el 2014 un mejor balance en Balaídos para coger aire en la tabla.
No le sentaron bien los cambios al Celta. De inicio, Luis Enrique quiso dar descanso a Álex López y explorar la vía de Krohn Dehli como apoyo creativo de Borja Oubiña. La defensa tenía dos caras nuevas respecto al último partido: Jonny y Costas. El resultado fue un equipo vigués que sufrió un calvario en cada transición de Osasuna. El equipo navarro, eterno superviviente en Primera aunque las quinielas a priori le den siempre como una de las peores plantillas de la categoría, le creó innumerables problemas a los locales con las incorporaciones de Marc Bertrán y Damiá en los laterales. Con las espaldas cubiertas por Puñal y Flaño, Osasuna presionó bien y salió mejor. Pudo hacer varios goles en el primer tiempo y lo mejor para el Celta al descanso fue el empate.
Oriol Riera, curtido en el Celta B, recibió siempre de espaldas y casi siempre descargó con sentido para las llegadas de Armenteros y sobre todo de Roberto Torres. Dos centros de Cejudo fueron rematados con mucho peligro por Oriol Riera y Roberto Torres. Yoel y Fontás protagonizaron excepcionales acciones defensivas que evitaron goles cantados casi en línea de meta. Acertó Armenteros al cuarto de hora, recibiendo una dejada de Riera y colándose por el centro de la impotente zaga del Celta. Yoel no pudo repeler el disparo aunque lo rozó. Y al minuto siguiente, Roberto Torres remató a la base del poste.
Hubo bronca de Balaídos para despertar al Celta en medio del chaparrón de Osasuna. Krohn Dehli metió a su equipo en el partido porque el centro del campo navarro le perdió en su radar. Chutó hasta en tres ocasiones con diferente grado de peligro el danés en la frontal del área rojilla. El Celta encontró sin embargo el gol en una jugada sin aparente trascendencia: centró a media altura Rafinha y Augusto peinó. La pelota rozó en Lolo y sorprendió a Andrés. Igualaba el Celta que crecía algo con la pelota, mucho mejor con ella que sin ella, pero falto de ideas en los últimos 25 metros, con dificultades para encontrar a Santi Mina si no era por alto.
Sin embargo, el equipo de Luis Enrique había sobrevivido al agobio de Osasuna, al que concedió demasiadas llegadas con peligro, sobre todo en la primera media hora de juego. Porque en la segunda la pelota fue del Celta y le costó más al equipo navarro pisar el terreno de Yoel. Mezcló más Rafinha por el centro y el Celta juntó algo más sus líneas. A Osasuna se le hacía demasiado largo el campo para contragolpear, cada minuto un poco más metido en su campo. Le oxigenó el tremendo trabajo de Oriol Riera y algún error de Costas con la pelota en los pies. Pero Osasuna ya no remató con peligro en el segundo tiempo salvo una falta de Puñal en el 90 que despejó Yoel. El Celta puso más empeño en buscar el segundo. Luis Enrique optó por Nolito, Álex López y finalmente por Bermejo, que desplazó a Santi Mina a la derecha.
Cabeceó el canterano para que Andrés tocase con la yema para enviar por encima de la portería y Nolito chutó con peligro desde fuera del área. Al Celta le siguió faltando una chispa de calidad o de imaginación en la zona decisiva del campo, porque su mayor dominio en el segundo tiempo apenas se tradujo en ocasiones. Una nueva noche de frustración en Balaídos, que despide el año con tan sólo una victoria en lo que va de Liga, un balance que merma la clasificación de un Celta demasiado débil sin el balón.
Celta: Yoel, Jonny, David Costas, Fontás, Aurtenetxe, Oubiña, Augusto (Mario Bermejo, min.83), Krohn-Dehli (Álex López, min.71), Rafinha, Orellana (Nolito, min.63) y Santi Mina.
Osasuna: Andrés Fernández, Marc Berrán, Loties, Flaño, Lolo, Damiá, Patxi Puñal, Roberto Torres (Oier, min.73), Armenteros (Onwu, min.78), Cejudo y Oriol Riera.
Goles: 0-1, min.16: Armenteros; 1-1, min.33: Augusto.
Árbitro: Delgado Ferreiro, del comité vasco. Amonestó a Damiá, Flaño y Cejudo.