Extranjeros enganchados al Celta a través de la red

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Aficionados de Egipto, Rusia o Japón cuentan sus experiencias

27 abr 2014 . Actualizado a las 19:50 h.

Cualquier actualización del Celta en las redes sociales cuenta perfectamente con un centenar de «me gusta» (Facebook) o retuits (Twitter). La mayoría corresponden a personas con nombres y apellidos comunes y reconocibles, españoles y gallegos, pero cada vez son más los que se cuelan sin cumplir este perfil. Son celtistas extranjeros que no nacieron, pero se hicieron a raíz de un jugador, un partido, una anécdota. La red es su principal aliada para estar al día de la actualidad de un equipo de cuya afición se consideran parte.

Es el caso de Sergey Klepalov, ruso de 43 años. Se convirtió al celtismo en 1996, de la mano de Mostovoi. «Nací y siempre he vivido en Rusia. No tenía relación con España, pero el Zar es mi ídolo y con su llegada me hice un celtista verdadero», explica. Poco a poco se ha ido sintiendo más identificado con el equipo y con Vigo, hasta el punto de que visita la ciudad cada verano y ha aprendido español -«en gran parte gracias a leer información sobre el Celta en internet»-, lengua en la que responde. No importa que la estrella de San Petersburgo ya no vista de celeste. «Ser hincha de este equipo no ha sido fácil en los últimos diez años, ¡pero el amor por el equipo no depende de la posición en la tabla!», razona. «Ni de la nacionalidad, por supuesto», añade.

Sigue al Celta en las redes y también a través de su web, lo mismo que Islam Nabwy, egipcio de 20 años que reside en El Cairo y que inició su simpatía por el equipo vigués en el año 2003, cuando su compatriota Mido -todo un referente para él al que menciona una y otra vez como «el internacional Ahmed Hossam Mido»- recaló en Vigo. «No he dejado de seguirlo desde entonces», recuerda el también futbolista, que juega en el juvenil del Zamalek. En su país, dice, el club comenzó prácticamente a estar en el mapa a raíz de aquel fichaje, aunque no son demasiados los que, como él, todavía le siguen la pista. Ve todos los partidos del Celta «a través de Internet y las redes», pero sueña con visitar España: «Nunca he estado, desafortunadamente. Me encantaría poder algún día ver un partido en directo en Balaídos», comenta.

«Soy un caso extraño»

Un caso curioso es el del japonés Hidetoshi Mori, de 37 años y residente en Tokyo. «Me fijé en Mazinho en el mundial del 94. Me encantaba y le seguí desde entonces. Cuando fue traspasado al Celta me convertí en aficionado, y hasta hoy», relata. Agradece la presencia del club en las redes -«la cuenta de Facebook es muy útil para enterarse de las novedades», celebra- y admite que en su entorno se siente incomprendido en lo relativo a su celtismo. «Soy un caso extraño. Mis amigos no conocen al Celta, pero me da igual». Para compensar, estudia español y está haciendo amigos vigueses. «Me llegan mensajes de celtistas gallegos».

Ömer Can Inceoglu, turco, presume de celtismo en Estambul. «Me intereso por el Celta desde que fue rival del Fenerbcche en UEFA, en el 2006», recuerda. Ve a través de Internet todos los partidos. «Me encantó Nolito contra el Almería y siempre estoy pendiente de las redes del Celta», señala. Lo primero que le atrajo del equipo fueron sus colores. «Me encantaría tener una camiseta, pero aquí es difícil encontrarla. No hay muchos celtistas en mi país».

Entre los seguidores del Celta en Facebook y Twitter también está Jantapron Sukawat, tailadesa. «Me encanta el Liverpool y sigo al Celta desde que se habló de Iago Aspas fichaba por mi equipo. No conocía de nada el club y tuve curiosidad».