En la Ciudad Condal aseguran que el asturiano maneja cuestiones técnicas desde la reunión con Zubizarreta
07 may 2014 . Actualizado a las 20:30 h.El final de temporada está deparando para el Celta una situación cuando menos extraña. Mientras el club vigués no se da por aludido tras la reunión entre Luis Enrique y Andoni Zubizarreta en Gavá -pero sí negocia en busca de sustituto-, en Barcelona ya se habla de los pormenores del que se prevé será el primer proyecto del asturiano comandando el buque insignia culé.
Tras los ríos de tinta de la cumbre en Gavá, Luis Enrique se presentó ayer en A Madroa con total normalidad para dirigir el primer entrenamiento de la semana. Durante hora y media dirigió una sesión presenciada desde la banda por dos de los vicepresidentes del club, Ricardo Barros y Pedro Posada, y bajo la atenta mirada de los numerosos medios de comunicación apostados en la grada.
Fue tras el entrenamiento cuando el vicepresidente Barros tomó la palabra a instancias de la prensa. Intentó centrar el tiro en el partido del próximo domingo ante el Real Madrid, pero acabó valorando una reunión que para el Celta, a menos de puertas para fuera, es como si no hubiese existido. «No puedo comentar nada de eso, para nosotros no hay absolutamente nada. Es entrenador del Celta y nada más. No estamos enfadados. No nos ha parecido bien ni mal, no hay absolutamente nada. Luis Enrique es entrenador del Celta», insistió el vicepresidente, haciendo oídos sordos a la negociación existente entre el técnico celeste y el Barcelona, que, según Barros, no ha hablado con el club vigués.
Otro año de contrato
Mientras el vicepresidente del Celta se aferra a que «Luis Enrique tiene un año más de contrato» y que «no hay un plan B, Luis Enrique es el plan A», los medios catalanes ya desgranan el proyecto con el que se espera que el asturiano desembarque en Barcelona. En Cataluña aseguran que ya ha comenzado a dibujar la hoja de ruta del nuevo Barça, a la espera de firmar con el club una vez finalice la temporada con el Celta.
Todo apunta a que Luis Enrique no regresará solo a la ciudad condal, puesto que Rafinha se espera que sea una de las nuevas figuras del primer equipo culé junto con Gerard Deloufeu, que este curso está cedido en el Everton. Redefinir el cuerpo técnico es una de las tareas que el asturiano tiene por delante, aunque en ese sentido parece claro que contar con Juan Carlos Unzué, Robert Moreno, Rafel Pol y Joaquín Valdés no es negociable.
Como tareas pendientes, sobre los hombros de Luis Enrique descansará buena parte de la responsabilidad de definir la plantilla en lo que a bajas y altas se refiere, así como liderar la que se espera sea una renovación profunda en el equipo.
Las reuniones, a final de Liga
Aunque la reunión entre Zubizarreta y Luis Enrique el lunes en Gavá ya ha alterado el curso esperado de las negociaciones, puesto que ha llegado a espaldas del club vigués y antes de que finalice la temporada para los dos equipos, en el Celta siguen posponiendo al final del campeonato su encuentro con el entrenador. Al menos, ese es el discurso oficial, que también mantiene que al entrenador gijonés le resta un año más de contrato.
Esa es precisamente una de las aristas que deberán pulir las partes a la hora de la salida. Luis Enrique y el Celta habían acordado en un primer momento una cláusula de rescisión de tres millones de euros, pero se espera que Carlos Mouriño, y Luis Enrique lleguen a un acuerdo cordial que podría anular dicha cláusula, facilitando el Barça por su parte alguna cesión de jugadores.