Borja exhibe su crecimiento

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

La madurez y la confianza convierten al canterano en alternativa para el pivote

02 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Borja Fernández (Vigo, 1995) se está convirtiendo en el hombre del verano. El canterano aprovecha la falta de un mediocentro defensivo para dejarse ver en pretemporada. Sabe, a sus casi 19 años, que su sitio está en el filial, pero también que tiene una oportunidad para convencer a Berizzo de que puede contar con él. «Siempre es bueno ayudar al equipo y más si cuentan contigo. Hay que aprovechar las oportunidades», comenta el pivote.

Berizzo le ha dado galones. Tras ensayar con Fontás en el estreno de Argelia, ante el Rápido y ayer en Norwich le puso por delante de la defensa para gobernar el partido. Como pivote en donde se siente mejor: «Me siento más cómodo en esa demarcación de pivote que en la de interior, siempre guardo más la posición, soy un jugador más de contención y de hacer jugar al equipo que un futbolista ofensivo», comenta. No obstante, también ha demostrado en las categorías inferiores que tiene llegada y gol: «Aunque sea un jugador de contención, creo que debo intentar aportar en ataque, hay que intentar llegar al área contraria».

También es sabedor del sello físico e intenso que el nuevo cuadro técnico le ha dado al equipo: «La diferencia es que este año está siendo (la pretemporada) más física. El míster quiere que el equipo esté físicamente muy bien para poder aguantar los partidos y tener el control del balón la mayor parte del tiempo».

El entrenador le ha dejado claro su cometido en el campo: «Lo que me pide es que guarde mucho la posición, que juegue fácil para el equipo, que lo mueva de un lado a otro y que le dé contención al medio campo para poder hacer jugar a los de arriba». Hasta el momento, parece que está contento con su aportación: «Siempre es bueno que apoyen tu trabajo y te lo valoren».

Berizzo pidió a los canteranos que valorasen la rendija que el club les ha dejado abierta, y el vigués se ha colado aprovechando la ausencia de efectivos en su demarcación. «Es un puesto en el que hay algunas bajas, y mi cometido es trabajar y pelear para conseguir ese puesto. Demostrar que puedo dar el 100 %».

Borja llega a su segundo verano con el primer equipo en plena madurez. El año pasado experimentó el significado del salto al profesionalismo y durante todo el curso la dureza de convivir con el descenso en el Celta B. Por eso el futbolista se declara ahora «más maduro y con más confianza. Cada año que pasas con gente profesional se nota la diferencia. Pasito a pasito uno se va haciendo mejor».

Reconoce en este aprendizaje, que el desembarco en Segunda B provocó «un año difícil, complicado en todos los sentidos, pero que también ha servido para madurar».

Su equipo, el filial

En principio el canterano estará adscrito al filial «pero siempre a disposición del primer equipo», con la esperanza de «poder conseguir un hueco». Está convencido que lo del Celta B será muy diferente este curso: «Somos un equipo más formado y más consciente y creo que este año va a ser distinto». Para Borja lo puede ser en todos los sentidos.

«Me encuentro cómodo en el pivote, soy un jugador más de contención y de hacer jugar al equipo que un futbolista ofensivo»