El guardameta vigués del Levante Diego Mariño se reconocía ayer «sorprendido» por la destitución de su técnico, José Luis Mendilibar. «Me enteré el lunes por la noche y era algo que nadie se esperaba», explicaba ayer.
Admitía que estaba siendo un «día complicado» para el equipo, pues la plantilla era consciente de que el compromiso de Vigo y el de casa ante el Almería de la próxima jornada podían marcar el futuro del preparador. Incluso contemplaban que el club le presentara un ultimátum, «pero justo después de un partido como el del Madrid, que lo normal es que te gane, es más llamativo».
Una vez consumada la destitución, Mariño prefería ayer empezar a quedarse con lo positivo. «Esto enchufa a la gente que jugaba menos, y también a los habituales, porque nadie tiene el puesto asegurado. Todos empezamos de cero, ya que viene alguien nuevo que puede pensar otras cosas. Es el momento de que todo el mundo dé un paso al frente», pedía. Incluido el propio guardameta, que se veía con opciones antes del relevo, puesto que tras no jugar en el inicio de liga, parecía consolidarse como el portero titular de Mendilibar. «Ahora puede pasar cualquier cosa, pero hay que ganárselo y eso es bueno, beneficia al grupo», comentaba.
Sobre su rival, lo está viendo «muy bien», por lo que asegura que no se les escapa que será un partido complicado. «Me está gustando mucho el Celta, vienen con buena dinámica del año pasado, que acabaron la temporada de una manera increíble, y creo que sin duda es un equipo que aspira a clasificarse para la Europa League», pronosticaba.
La clave para hacer daño conjunto de Berizzo, opina, es contener a sus hombres de ataque. «Están creando mucho peligro, se están asociando muy bien y aprovechando muy bien los espacios. Si conseguimos mantenerlos lejos del área, ahí podemos tener el partido», expone.
Las bajas del Celta son otro punto a su favor, valora Mariño. «Orellana está en un momento magnífico y entre él y Nolito te vuelven loco, así que el hecho de que falte uno para nosotros es perfecto», admite. En cuanto a Fontás, cree que «estaba formando una pareja muy sólida con Cabral, así que a ver si se nota su falta para poder aprovecharlo».
En lo personal, el vigués había sido titular en las dos últimas jornadas. «Me perdí la pretemporada por temas burocráticos y me costó coger el ritmo, pero ya me veo acoplado y físicamente muy bien», señala. Para él, jugar en su ciudad siempre es especial. «Estarán mi familia y amigos y volver al campo donde empezaste a ver fútbol de Primera de niño siempre es bonito. Al Celta le deseo lo mejor».