Al equipo de Berizzo le falta el brillo de otras ocasiones ante un rival rocoso
09 nov 2014 . Actualizado a las 03:25 h.Las ocasiones llegaron como para conseguir un nuevo triunfo, pero al Celta le faltó el brillo de otras tardes más preciosistas para tumbar a un Granada más caparrosista que nunca. Se atascó el equipo vigués ante un rival con un plan farragoso que casi le sale a la perfección, porque Rochina dispuso de dos oportunidades flagrantes para dar a Balaídos un disgusto mayor que el empate final. El Celta cede puntos en su feudo por tercera vez en lo que va de temporada y se queda sin marcar por primera vez en 17 partidos, tras un insípido inicio y una segunda parte de dominio que derivó en asedio pero sin acierto ante la meta de Roberto.
Sea la resaca del triunfo histórico en el Camp Nou que confirmó las aspiraciones del Celta a algo más que la simple permanencia, fuere la naturaleza radicalmente divergente del rival (un Granada cuya rocosidad triplica la del equipo de Luis Enrique), el equipo de Berizzo despertó espeso en Balaídos, ausentes sus vías de circulación habituales. Bajo la lluvia intensa de Vigo que dejó vivísimo el césped del estadio celeste, el Celta actuó como si las cosas cayeran por su propio peso. Superior en nómina al Granada, se vio sorprendido por la presión del conjunto de Caparrós, que le desconectó en los primeros instantes y que luego sólo pareció conectarse a base de errores de los andaluces.
Una falla difícil de entender del gallego Roberto y una cesión mal pitada por el colegiado, sumados a fallos en la salida del balón del Granada, dieron la opción al Celta de irse al descanso por delante en el marcador sin encontrar su mejor juego en los primeros 45 minutos. Pero el Tucu Hernández falló el primer toque para encontrar la portería vacía después de que Roberto se quedase a medias en el saque de puerta ante la presencia de Orellana y le dejase la portería franca al chileno. Falló Pablo y tampoco aprovechó Orellana la falta indirecta dentro del área por la supuesta cesión de Nyom a su meta. Sí acertó con el gol Sergi Gómez, pero el central estaba en fuera de juego a los 10 minutos cuando cabeceó en el segundo palo. La principal novedad en el once de Berizzo (que sigue dando tiempo a Fontás para coger mayor ritmo) volvió a rematar poco antes del intervalo, pero Roberto se lució.
Con poco, con Nolito no demasiado inspirado, con Orellana desbordando en contadas ocasiones, sin las incorporaciones de Krohn Dehli o de Tucu haciendo útil el trabajo de Larrivey, el Celta tuvo mucho más peligro que el Granada. Concentrado siempre en destruir primero y preguntar después, Caparrós dispuso una presión efectiva en el centro del campo y mordió en las bandas. Nyom y Foulquier le dieron la noche a Nolito, que tuvo que sudar en defensa. Pero Sergio apenas intervino porque el Granada sólo chutó una vez con cierta sensación de peligro y fue El Arabi hacia el final del primer acto, sin mayores sobresaltos.
Mejor segunda mitad
El partido fue distinto tras la reanudación. El Granada dio un paso atrás y produjo la sensación de que el Celta dominaba y aculaba a su rival. Sin embargo, no era el vértigo de otras tardes el juego del equipo celeste. Jugaba cada vez más cerca del área de Roberto pero le faltaba la claridad de otros días más inspirados. Además, se expuso a las contras del Granada, en el que Caparrós reemplazó piezas de su ataque para buscar más velocidad. Así fue cómo Rochina tuvo dos oportunidades clarísimas para silenciar Balaídos. Primero falló el remate tras la porfía de Success con Mallo y Cabral, y luego rebasó en el mano a mano a Sergio pero se quedó sin ángulo para definir, tras aprovechar una mala entrega de Jonny a Sergi Gómez.
El Celta intentó cambiar la velocidad del juego. Siempre buscando los puñales de sus extremos, Berizzo añadió a la ecuación a Augusto en lugar de un gris Tucu Hernández. Encontró Krohn Dehli a Larrivey en el área, y la maravillosa maniobra del argentino girándose en el área acabó en un mal tiro que no cogió puerta. Era el minuto 59 y el Celta no creaba mucho más peligro. Ni siquiera aprovechó la cojera de un Roberto que acabó el partido lesionado con el Granada ya sin cambios. Pero el Granada le regaló la ocasión de decidir el choque: un horrible control de Nyom le regaló la situación franca a Orellana, pero el tiro del chileno lo sacó el cojo Roberto con su pierna mala. El asedio del Celta en el tiempo añadido no surtió efecto y el equipo de Berizzo se dejó su tercer tropiezo en seis partidos como local.
0 - Celta: Sergio, Hugo Mallo (Álex López, min.85), Cabral, Sergi Gómez (Fontàs, min.71), Jonny, Radoja, Kronh-Dehli, Pablo Hernández (Augusto, min.63), Orellana, Nolito y Larrivey.
0 - Granada: Roberto; Nyon, Babin, Murillo, Juan Carlos; Foulquier, Iturra, Fran Rico, Sissoko (Márquez, min.68); Córdoba (Rochina, min.59) y El Arabi (Sucess, min.52).
Árbitro: Estrada Fernández (colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Orellana por parte del Celta, y a Roberto, Iturra, Juan Carlos, Fran Rico y Nyon por parte del Granada.