
Utilizan en el cerebro el mismo mecanismo que las neuronas, lo que abre la vía a nuevos modelos de patologías neurológicas
23 oct 2015 . Actualizado a las 02:13 h.Si nuestro cerebro pudiera conectarse generaría la energía suficiente como para encender una bombilla. Nuestras neuronas se comunican mediante descargas eléctricas que permiten conectar cualquier función de nuestro sistema nervioso, lo que nos permite ser como somos. Esta sorprendente propiedad solo se había observado hasta ahora en nuestras células más complejas, las neuronas, pero ahora se ha visto también que es una cualidad que comparten con alguien muy inferior en la escala evolutiva: en simples bacterias que apenas tienen el núcleo definido. Tanto unas como otras utilizan el mismo mecanismo, aunque en el primer caso más perfeccionado, para mantener sus relaciones sociales. Es algo que se acaba de demostrar en una investigación publicada en Nature liderada por Jordi García Ojalvo, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y Gürol Süel, de la Universidad de California, en San Diego.
El trabajo revela que las bacterias usan los canales iónicos, las estructuras que permiten a los iones (partículas cargadas eléctricamente) entrar y salir de las células, para comunicarse entre sí cuando se encuentran en dificultades debido, por ejemplo, a la falta de nutrientes.
Esto pasa frecuentemente en biofilmes (agrupaciones) bacterianos, colonias celulares en las que conviven millones de bacterias cuando estas se ven en condiciones adversas. Estas comunidades les ayudan a sobrevivir mejor, y pueden llegar a constituir un problema clínico y medioambiental para los seres humanos, debido a su extrema resistencia a antibióticos y otros agentes desinfectantes.
Patologías neurológicas
El descubrimiento ofrece una perspectiva nueva de cómo se pudo originar nuestro sistema nervioso, y abre la puerta a nuevos modelos de patologías neurológicas, como las auras asociadas a la epilepsia y las migrañas.
«Nuestro descubrimiento no solo cambia la manera en que pensamos acerca de las bacterias, sino también la forma en que pensamos acerca de nuestro cerebro», explica en declaraciones recogidas por Efe Gürol Süel, profesor asociado de Biología Molecular en la Universidad de California.
«Lo interesante -añade- es que tanto las migrañas como la señalización eléctrica de las bacterias que descubrimos son provocadas por el estrés metabólico. Esto sugiere que muchos de los medicamentos originalmente desarrollados para la epilepsia y la migraña también pueden ser efectivos en el ataque a las colonias bacterianas, que se han convertido en un creciente problema de salud en todo el mundo por su resistencia a los antibióticos».