Crónica | Ruptura sentimental
31 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?uchos guionistas de cine saben que los mejores argumentos para sus historias los encuentran en los juzgados. Y ayer, en el de instrucción número 1 de A Coruña, se relató uno que merecería el Oscar. Los protagonistas son dos hombres maduros, B. S. y A. F. O., que desde 1971, cuando se conocieron en Francia, mantenían una relación sentimental. En 1984 comenzaron a vivir juntos en un piso en Santa Cristina (Oleiros) pero la convivencia se hizo insufrible y hace un par de años pusieron tierra de por medio. De todas formas, durante una larga temporada siguieron compartiendo el piso hasta que llegaron a un acuerdo judicial para que B. S. se quedara con todos los muebles y enseres de la vivienda y se repartieran, a partes iguales, las ganancias por la venta del piso. Durante los últimos días la convivencia se hizo insufrible y las discusiones culminaron con una pelea los pasados martes y miércoles. B. S. explicó delante del juez que el día 24, mientras él estaba sentado en la sala de la televisión, su ex compañero sentimental se le acercó con un cuchillo, que clavó en un periódico, lo amenazó y le reclamó una cazadora de ante de la que no tenía conocimiento. También le pidió que le devolviera una colección de sellos que había desaparecido hacía tiempo. «Jamás en mi vida lo amenacé, yo no tenía ningún cuchillo en la mano ni soy un hombre celoso». El denunciado, A. F. O., negó una por una las acusaciones que le lanzó su ex compañero sentimental, aunque admitió que el pasado martes tuvo una fuerte discusión con él por la chaqueta de ante: «A día siguiente también salió a relucir que faltaba un juego de sábanas y lo de la colección de sellos, pero él cogió la bolsa y se fue a la playa». Admitió que abrió «tres o cuatro cajas» que había en el piso para buscar sus pertenencias y no para asustar a B. S. ni para ocasionar destrozos. El abogado de la acusación particular explicó que el encausado se aprovechó de que tenía las llaves para entrar en el piso: «Y no tenía que ir para nada, salvo para organizar un jaleo, como hacen desde antiguo». Aconsejó al denunciado que asuma la ruptura amorosa y solicitó para él una condena por dos faltas de coacciones y amenazas. El Ministerio Fiscal pidió la absolución.