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Eduardo Ríos repara un avión que se expondrá en el Museo Militar
11 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Todavía faltan algunos retoques para estar a punto. Pero deberá estar listo antes de junio, momento en el que se trasladará hasta el Museo Militar para presidir una exposición que, bajo el título de Aviones de leyenda: 1920-1950 mostrará la historia de la aviación a través de más de 50 maquetas. Por eso el constructor aeronáutico aficionado y maestro del aeromodelismo Eduardo Ríos Massa se afana en culminar esta gran obra en plazo. Y es que la reparación de esta joya no es sencilla.
Se trata de un ultraligero biplaza construido en los 70 como réplica de un avión antiguo y destinado a vuelos acrobáticos, un Fisher Celebrity C-90 fabricado en Canadá que calza un motor Rolls Royce de 90 caballos de 1947. La vida de este pedazo de historia volante, pintado como si fuese el triplano de Manfred von Richthofen, el mítico Barón Rojo, tiene sus anécdotas, algunas rematadas en trágico accidente. El avión fue adquirido por un portugués que se lo vendió a un español. Terminó sus días de acción en A Coruña, e incluso hay colgados en YouTube un par de vídeos en los que se le puede ver sobrevolando la Torre de Hércules y otras zonas de la ciudad. Hasta que un mal día algo falló.
Donación
Tras el siniestro, y antes de que su dueño lo enviase al desguace, la Asociación de Amigos del Museo Militar y el colectivo de los Royal Green Jackets decidieron hacerse con el aeroplano con la intención de repararlo y donarlo al museo. Eso sí, siempre bajo la condición del antiguo propietario de que nunca más volviese a volar: «Podría hacerlo perfectamente. Una vez termine el trabajo estaría listo para despegar. El motor funciona y será encendido en el museo. Pero no volverá a volar», matiza Eduardo Ríos, veterano creador de aeroplanos que cuenta con 64 prototipos diseñados para aeromodelismo, además de tres ultraligeros biplaza.
Ahora está adecuando esta singular pieza para convertirla en un avión del ejército español de los años 40. Un trabajo más que complicado: «Las alas estaban inservibles y tenían un diseño muy laborioso, con varillas entrelazadas, que he intentado simplificar. Es muy raro encontrarse construcciones como estas y de una madera semejante», explica Ríos, cuya labor se ha visto dificultada, además, por la ausencia de información.
«No tengo todos los planos ni todas las medidas, así que voy tirando de mis conocimientos», apunta este maestro de la aviación, que asegura que su vocación le viene desde la cuna: «Pensaba en aviones para escapar de los miedos cuando era niño. Después gané un concurso de aeromodelismo y ya me dediqué a esto», explica Ríos, que voló como aprendiz de piloto en el Ejército español.