Aprobada en el Congreso la reforma fiscal del Gobierno
La obra de Carlos Maciá «Las diez horas» ocupa una de las fachadas
29 abr 2012 . Actualizado a las 07:10 h.Anochecía. Desde los jardines del Ágora podía atisbarse el sol fundiéndose tras las nubes. En el centro cultural comenzaba otra fusión, otro estrecho encuentro que protagonizaban las obras de cuatro artistas plásticos y la música electrónica de dos grupos. Era el Festival de Arte y Música, Artec, que durante unas tres horas hizo posible la mezcla entre el arte y la música. Alguno de los artistas participantes adelantaron su intervención como Carlos Maciá, que pintó una de las fachadas. Ante ella se paraban algunos de los asistentes a Artec, organizado por la Concejalía de Cultura y patrocinado por Estrella de Galicia; y es que la fachada de vidrio del Ágora, de unos 200 metros cuadrados, que da a los jardines lucía la pintura hecha «por medio de rotuladores témpera de color negro mate», de Maciá.
Es la principal huella que dejará la celebración de este festival, una obra que lleva por título Las diez horas, el tiempo empleado en su ejecución. El artista se confundía anoche entre el público que miraba con asombro como Rita Rodríguez pintaba dibujos con las baquetas de la batería, en una performance que se convirtió en el principal atractivo antes de que comenzara la música. A sus espaldas se encontraba la instalación de Christian García Bello, otro de los artistas participantes, y en lo alto de la pared se proyectaba el citado trabajo de Maciá y otro de la citada Rita Rodríguez.
La parte artística se completó con los visuales de Nebulae, vinculados con la música electrónica que minutos antes de las diez de la noche arrancaba el vigués Mwëslee. A esa hora, la animación era notoria y buena parte del recinto ya estaba ocupado.
En el interior seguía la performance de Rita Rodríguez. Luego sería el turno para los holandeses Funckarma, la segunda formación musical de un festival que dejó huella visual de las últimas tendencias musicales y artísticas.