Los vecinos critican que el firme no ha quedado en estado óptimo
21 jul 2012 . Actualizado a las 07:03 h.Tras dos meses y medio cerrada parcialmente al tráfico, los coches pudieron volver a transitar ayer toda la calle de Orillamar, que luce una renovada capa de asfalto que ha tardado apenas un año en volver a ganarle la batalla al adoquín que se había elegido hace dos años para humanizar la vía.
«Se tuvo que cerrar a consecuencia de una obra reciente que en nueve meses ya estaba levantada», apuntó ayer el alcalde, Carlos Negreira, recordando que tan solo unas semanas después de la reforma inicial de la vía, que finalizó en marzo del 2011, empezaron a llegar críticas de los vecinos por el mal estado del firme, ya que el adoquín comenzó a desprenderse causando molestias a los conductores.
Tras el cambio de gobierno, comenzó un tira y afloja con la empresa constructora y con la que asumió la dirección de obra, que finalmente acabaron por hacerse cargo de la reparación, que tuvo un coste de 205.000 euros y que incluye también cambios en la iluminación y en el mobiliario urbano.
En cualquier caso, pese a felicitarse por la reapertura de la vía y las mejoras en la calzada, la satisfacción no es total entre los vecinos, que ayer criticaban que el estado del pavimento no es óptimo, ya que han quedado numerosas imperfecciones que no dan sensación de que se trate de una carretera recién asfaltada.
EU pide recuperar el carril bus
Por su parte, el edil de EU, César Santiso, reclamó ayer recuperar el carril bus «nas principais vías da cidade» para paliar el «déficit de mobilidade» que a su juicio existe en la ciudad.