Desprendimiento de unas rocas en la AG-55 a su paso por Arteixo

Susana Acosta
Susana Acosta ARTEIXO

A CORUÑA

Varias rocas de grandes dimensiones cayeron unos 50 metros antes del peaje en la AG-55 en Arteixo.
Varias rocas de grandes dimensiones cayeron unos 50 metros antes del peaje en la AG-55 en Arteixo. Cesar Quian

Las piedras impactaron contra cuatro coches desplazándolos varios metros

26 sep 2012 . Actualizado a las 11:44 h.

La AG-55 volvió ayer a ser noticia por tercera vez en tan solo tres años al desprenderse de nuevo toneladas de rocas de uno de sus taludes. A un kilómetro de distancia del primer desprendimiento que se produjo el 25 de noviembre del 2009 -y del segundo, de menor envergadura, que tuvo lugar el 6 de septiembre del 2010- un nuevo socavón en la ladera provocó la caída de rocas al pie de la autopista que une A Coruña y Carballo. Concretamente, en el kilómetro 6,5 de la autopista, sentido A Coruña, justo antes de llegar al peaje de Arteixo. Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada de ayer y fue un milagro que de nuevo nadie resultase herido.

A las 4.17 horas, el 112 recibió el aviso de un particular de que se había producido un accidente entre una furgoneta y un coche como consecuencia del desprendimiento de rocas. El servicio municipal de emergencias de Arteixo indicó minutos más tarde al 112 que habían sido cuatro los vehículos que estaban dañados y que el desprendimiento había afectado a los dos carriles de la autopista. Pero existen dudas sobre algunos aspectos del suceso, ya que fuentes cercanas a la investigación indicaron que fueron tres y no cuatro los vehículos dañados. Tampoco está claro si uno de los turismos fue desplazado entre sesenta y cien metros al impactar una roca contra él, tal y como explicaron testigos cercanos al suceso.

La lluvia, como causa

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, titular de la carretera, explicó ayer que todo indica que el desprendimiento «ten a súa orixe nas choivas intensas producidas nos dous últimos días». Dijo también que las rocas no afectaron a los carriles, pero que uno de ellos, desde el punto kilométrico 7,3 al 6, permanecerá cortado para facilitar las labores de limpieza del talud. El Gobierno gallego aclaró que una vez que la ladera esté limpia de rocas sueltas se comprobará la estabilidad del talud, momento en el que se determinará si son «necesarias actuacións complementarias».

Sobre las inspecciones que se realizaron, la Xunta informó de que son «periódicas» porque la concesionaria de la autopista está obligada a realizarlas y la Axencia Galega de Infraestruturas «comproba regularmente e cando xurde calquera incidencia» el estado de los taludes. Sobre este aspecto, la Xunta indicó que no se detectó «ningunha incidencia respecto aos noiros da AG-55 neste punto».