«Madama Butterfly no es una ópera japonesa, es una obra escrita por un italiano que nunca estuvo en Japón», ironizaba Mario Pontiggia, director de escena de este montaje con el que el Festival de Ópera de A Coruña celebra sus 60 años. Marcelo Panni, el director musical, decía ayer que «siempre es un placer venir a Coruña porque se trabaja muy bien, se hace arte». El director del Festival, César Wonenburger, destacó la figura de Fiorenza Cedolins, la soprano sobre la que recae el peso de la obra que se representa mañana con las entradas agotadas.
Panni destacó el trabajo de adaptación, de diálogo, entre cantante y orquesta en una obra de la que destacó: «Estoy encantado del refinamiento de la escritura orquestal». También expresó su predilección por Puccini, del que ha hecho casi todo su repertorio. Tras destacar, al igual que Pontiggia, la producción de esta ópera, Panni apuntó que la misma era todo como un gran vals. «Espero poder bailar este vals con Fiorenza sin pisarle los pies», dijo.
Panni y Pontiggia hablarán hoy a las 20 horas en el Museo de Belas Artes.