
Tiene 34 años y cinco discos a sus espaldas. Quiere sacar el sexto el año que viene. Vive sola en un pequeño piso abuhardillado del Gurugú en el que hay muchas plantas. «Vivo sola por decisión propia y por carambolas de la vida. Al principio me costó, pero ahora disfruto de la libertad», destaca. En su balcón-terraza plantó lechugas, tomates cherry, perejil y albahaca. «Tengo el título de jardinería, pero nunca trabajé en el sector», comenta Silvia Penide. También estudió auxiliar de enfermería y se especializó en el cuidado de enfermos de alzhéimer. Por las mañanas se dedica a la música y a distintos proyectos artísticos y por la tarde atiende a personas mayores en una residencia. «Llevo una doble vida, como los superhéroes. A veces soy Silvia Penide y otras Silvia», asegura sonriente. Charlamos en una cafetería de la ronda de Nelle que tiene nombre de mítico grupo coruñés, Doré.
Entre mayores
Habla con gran cariño de los mayores con los que comparte las tardes. «Me enriquezco con ellos, tanto a nivel personal como artístico. Descubrí una manera diferente de entender la música de antaño, el pasodoble, el tango, las habaneras, la copla... Son personas que a lo mejor no recuerdan cómo se llama su hija, pero que les pones el tango Volver y su expresión cambia. La música les devuelve a un tiempo vivido», relata. Me regala una reflexión preciosa. «A sus 80 o 90 años, aún estando enfermos, se las saben todas. Por las noches siempre me llevo a casa dos o tres frasecitas», resalta la cantautora de Meicende, localidad donde viven sus padres.
¿Futura madre?
Es leo. «Mi madre siempre me lo recuerda. Será porque soy temperamental, pero yo no lo noto», comenta. Utiliza la bici como medio de transporte. Últimamente se le da por correr, pero «tengo que mejorar mi fondo», dice. Se confiesa presumida «en su justa medida». Viste ropa oscura. «Es cierto, no sé porqué». Utiliza mucho Internet. «Para personas como yo, que autoeditamos, es fundamental. Vendo mis discos por Internet», asegura. También utiliza la red para «pescar» alguna receta. «Tengo buena intuición en la cocina. Varío recetas con distintos condimentos». En la parte derecha de la nariz luce un piercing. «Tes aí unha cousiña», le dijo una de las ancianas que cuida. Dice que está en un momento de contención artística. «Hago acopio de ideas». Y por suerte sigue teniendo conciertos. Saca la agenda. «El 20 de noviembre estoy en la Tuerka 27», anuncia. «Antes vivía mucho más la noche, pero ahora soy de vida casera», apunta.
No duda en afirmar que dentro de diez años se ve cantando y trabajando. «Como una madurita interesante», comenta. ¿Y ser madre? «Si me lo llegas a preguntar hace un año te contestaría con un no rotundo, pero me está entrando un resquemor natural... Supongo que será instinto», reflexiona la cantautora Silvia Penide, que por las tardes es simplemente Silvia.