«Si me quedo en la casa okupa me quitan la custodia de mis hijos»

Javier Becerra
Javier BECERRA A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Elisabeth Sanlés pide que la Xunta le dé un piso con alquiler reducido

29 nov 2013 . Actualizado a las 10:55 h.

Elisabeth Sanlés, la mujer que fue desahuciada el miércoles en la calle Antonio Noche, no encuentra el modo de reconducir su vida junto a sus hijos. Ayer se disponía a pasar su segunda noche en el Centro Social Okupado de Palavea, un inmueble inmerso en un proceso judicial tras con una denuncia por usurpación. «Si me quedo en la casa okupa me quitan la custodia de mis hijos porque dicen que los pongo en riesgo», reconocía ayer a las puertas de la sede de Servicios Sociales en Cuatro Caminos. «Yo solo pido una vivienda que pueda pagar para poder vivir con mis hijos», añadía.

Minutos antes se había reunido con Jose Luis Quintela, jefe de Servicios Sociales. «Me dijo que vaya al IGVS para que me den la vivienda y luego me prometen que me pueden tramitar una ayuda de urgencia, pero que podría durar tres o cuatro meses para tramitarse», explicaba decepcionada. «El viernes pasado me decían que este miércoles me daban una solución para mi caso y sigo sin verla por ningún lado», añadía.

Elisabeth, que sufre fibromialgia y tiene tres hijos menores (de 11, 4 y 3 años), cobra una pensión de 216 euros y no tiene trabajo. Separada desde abril, ha denunciado a su exmarido «por maltrato a los niños, esperando aún que se celebre el juicio». Ahora, sin vivienda, se ve incapaz de recuperar a los menores. «Los ha separado de mí para evitar el mal trago del desahucio. Han dejado a mis dos hijos pequeños con mis suegros y el maltratador de su padre. Al mayor lo han mandado más lejos, a casa de mi hermana en Porto do Son», detallaba. «Si yo tengo una casa puedo recuperar a mis hijos. Si no, los pierdo para siempre».

Insiste en que quiere trabajar, pero no puede debido a su enfermedad: «No me lo dan porque tengo fibromialgia y ningún empresario quiere pillarse los dedos. Con los 216 euros que tengo de paga es imposible pagar una vivienda, unas facturas, la alimentación de mis hijos sin que Servicios Sociales preste colaboración».

Heridas en el desalojo

Las quejas de Elisabeth también incluyen el modo en cómo se llevó a cabo el desahucio. Mostrando moratones en los brazos, indicaba que se tenía que haber llevado de otro modo. No sabe si pondrá denuncia por ello.