Los arenales más concurridos de la comarca presentan grandes destrozos a causa de las últimas pleamares, con muros caídos y pasarelas destrozadas
04 mar 2014 . Actualizado a las 18:16 h.El mar es un espectáculo. Y también su obra. La fuerza de los temporales ha limado la costa coruñesa hasta fabricar imágenes dantescas. Pendientes de los apartamentos Solymar en la playa Grande de Miño, donde una pared frontal cedió este lunes a la presión del agua, las decenas de curiosos comprobaron esta mañana cómo el muro de contención del paseo se derrumbó hacia el arenal, presentando imágenes como farolas y postes de megafonía totalmente acostados.
En la playa de Gandarío, en el vecino municipio de Bergondo, los daños no son menores. La pasarela de madera que hace de paseo está destrozada y los trozos se salpican por buena parte de la playa, donde la arena ha obligado a cortar el acceso a los vehículos tras invadir la arena el estrecho vial. El mar también ha derrumbado aquí el muro de uno de los recintos donde se guardan las embarcaciones de recreo, y ha dejado a la vista los cables del suministro de agua y luz.