Esta coruñesa descendiente de Goya se casó con un «meracho» y ahora es la patrona de remo
04 may 2014 . Actualizado a las 14:46 h.Solo su apellido tiene un reportaje pero Emma De Goya Neira (A Coruña, 1974) es noticia por haberse convertido en la primera mujer patrona del Club Mariñeiro de Mera. Tanto cuando salen con el batel, como con la trainera, ella es la única mujer que gobierna una embarcación tripulada solo por hombres.
-¿Algo que ver con el pintor?
-Sí, como somos descendientes de Francisco de Goya, mi abuelo realizó los trámites pertinentes para adoptar el apellido.
-¿Cuál es su conexión con Mera?
-Llevo desde los dos años veraneando aquí y luego me casé con un «meracho», quien, por cierto, también viene conmigo en el batel.
-¿Cómo lleva esto de ser su jefa? Al menos, en el mar.
-Lo llevamos muy bien los dos. No hay ningún problema. Bueno, tengo alguna amiga que me envidia por eso [Risas].
-No me extraña. Ser la patrona de trece remeros tiene tela. Dígame, ¿le hacen caso?
-No les queda otra que hacerme caso. Pero no se crea, me dicen que sea más dura con ellos. Aún quieren que les meta más caña.
-¿Cómo empezó todo?
-En el año 2010, nos juntamos doce madres para empezar a remar en el Club Mariñeiro y luego ya nos animamos a competir. Muchas veces quedábamos de últimas, pero seguimos ahí.
-¿Siguen las doce?
-De las doce solo quedamos tres pero seguimos entrenando. Un día, mi marido me dijo que se les iba el patrón y que porqué no me animaba a salir con ellos a un entrenamiento.
-Y no se lo pensó dos veces.
-Bueno, me lo pensé pero salí. Empecé probando en el batel con cuatro chicos y al día siguiente me pidieron que volviera, y luego el otro y el otro, hasta que me vi envuelta en todo esto. Me metí sin comerlo ni beberlo.
-Ya lleva dos meses como patrona del batel. ¿Cómo valora la experiencia?
-Al principio me ponía nerviosísima, aunque ahora ya no. Los primeros días iba muy callada pero me voy soltando.
-¿Ha llegado a quedarse afónica o no le hace falta gritar?
-En esto no hace falta chillar, así que no me he quedado afónica. Hay que cuidarse un poco.
-Y del batel con cuatro remeros a la trainera con trece, ¿no?
-Sí, y estoy muy ilusionada.
-Aunque el puesto del patrón es el más desagradecido, ¿no? ¿O es todo lo contrario?
-Es el encargado de mantener nivelada la embarcación, de gestionar el rumbo y hacer las viradas, además de animarlos. Piense que soy la única que mira para el frente y ellos no ven lo que pasa alrededor.
-O sea, que de puesto desagradecido nada.
-Si todo sale bien, te lo van a agradecer, pero sino, te van a echar la culpa a ti. Lo que está claro es que, sin patrón, el barco no puede salir.
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