
Desasosiego y enfado entre los vecinos de Fervenzas por los nuevos insultos pintados en una iglesia contra una vecina
09 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Nadie habla mal de Maruja en la parroquia de Fervenzas. Los vecinos salen al paso de la mujer aludida en los insultos pintados esta semana -de nuevo, con nocturnidad- en la iglesia de San Vicente de Fervenzas. «Eu coñézoa e nunca me fixo mal, é unha persoa normal», esgrimen. Algunos piden ocultar su nombre. Temen represalias en forma de insultos, aparecer incorporados a esa lista de exabruptos en otro templo de la zona. Ya van tres agresiones al patrimonio local, esta semana con el añadido de un transformador, donde Maruja comprueba de que a uno de sus vecinos no le cae precisamente bien.
Pero al tiempo que se solidarizan con ella, también cierran filas sobre lo que sí consideran suyo, la iglesia de San Vicente, escenario de algunos episodios importantes en sus vida. «Aí casei eu», sentencia una vecina.
«Pasei mala noite»
A menos de un kilómetro del templo mancillado vive Nieves. «Pasei mala noite porque ver así a igrexa parroquial... é moi duro», dice mientras se persigna ante la fachada del templo. «Quen o fixo que o pague», sentencia. Y para eso acudieron ayer varios agentes de la Guardia Civil, que preguntaron a algunos residentes del entorno y estudiaron las pintadas de la iglesia y del transformador.
Por tercera vez, el párroco de Aranga, Manuel Vázquez, dio aviso de este atentado pictórico. A finales de julio, el templo se llenó con la misa de aniversario de una vecina de A Coruña. «Non quero pensar que a igrexa estivese así pintarrajeada nese momento, menuda vergoña», dice Nieves, visiblemente afectada. De momento, para mañana está programada la misa dominical a las cuatro de la tarde. Ni ella ni en las otras casas aventuran a especular públicamente con el nombre del responsable ni tampoco su perfil, pero sí hay un dato común en los argumentos del vecindario. «Quien lo hizo no está muy bien mentalmente», coinciden.
También el vicario de A Coruña, José Luis Veira, manifestó su desagradable sorpresa por las pintadas en San Vicente de Fervenzas y en la capilla del Divino Salvador, hace menos de un mes. «Esto no tiene ni pies ni cabeza, un templo no puede ser el portavoz de los ataques a una persona», sentencia el vicario. «Entiendo que alguien se puede enfadar con otro, o incluso querer mal a la Iglesia, pero de esta manera no», añade el religioso. «Lo que está claro es que esto no es el calentón de un momento, es un acto pensado y preparado».