Aunque la situación en el entorno del estadio de Riazor ha mejorado mucho durante los días de partido, y el aparcamiento ha dejado de convertirse en una trampa para los vecinos del entorno, un buen número de conductores siguen manteniendo las malas prácticas.
Durante el pasado fin de semana, cuando el Dépor jugó el primer partido de Liga en casa, el arcén de la tercera ronda en el entorno de la glorieta del pavo real se convirtió en un párking descubierto. Fueron cientos los coches que acabaron allí. Aunque no interrumpen la circulación, su presencia sí supone un problema. En el caso de que alguien deba circular por esa parte de la carretera -por ejemplo si se le estropea su vehículo-, tendrá que hacerlo por la vía, ya que en el arcén no quedaba sitio en muchos metros.
El gobierno local puso en marcha este año un plan especial para acabar con el caos del entorno del estadio. El mayor control policial contribuyó decididamente a disolver el problema. Además, los conductores tienen ahora la posibilidad de estacionar sus vehículos en los aparcamientos subterráneos del entorno con unas tarifas especialmente reducidas durante los días de partido. Hasta el momento el mayor control ejercido sirvió para amortiguar los malos hábitos, pero la Liga comenzó con los coches ocupando una zona en la que está terminantemente prohibido dejar cualquier automóvil.
Excepción
Desde el Ayuntamiento explican que el operativo sigue tal y como estaba y que se está sancionando a todo vehículo que obstruya pasos u obstaculice a turismos y peatones.
Así, quien lo deje en un paso de peatones, por ejemplo, se expone a que la grúa se lo lleve, además de tener que pagar la multa. Sin embargo, por el momento, se permite aparcar en zonas como la citada tercera ronda en donde, teóricamente, los coches no molestan o la molestia es mínima. La salvedad, en cualquier caso, se seguirá limitando a los días de partido.