El club Ártabros forma a 35 jugadores en las técnicas del deporte nacional de Irlanda
De los 35 jugadores inscritos en el curso, más de la mitad nunca habían practicado el deporte.
[m. ballesteros] El fútbol gaélico está de moda. Solo así se explica que una disciplina importada de Irlanda, donde es deporte nacional, y que cuenta con equipos en Galicia desde hace cuatro años, cuando se creó el Fillos de Breogán de A Coruña, disponga ahora de una liga masculina con ocho formaciones de las cuatro provincias y una femenina que ha pasado de tres a seis combinados. Y solo así puede entenderse también que el club Ártabros de Oleiros, que debutará este año en la liga y la copa gallegas, haya reunido a 35 deportistas para aprender durante este mes las técnicas de este deporte y llegar a engrosar las filas del equipo.
«Está de moda, sí, pero yo creo que se están haciendo las cosas bien. Lo difícil era pasar de un equipo a ocho y se ha hecho en cuatro años. Ahora hay que afianzarlo», explica Pablo Miragaya, uno de los cuatro instructores que durante este mes imparte la formación en el campo de fútbol de Iñás. De los 35 inscritos, entre los que hay 5 chicas, más de la mitad no habían jugado antes a esta disciplina, que algunos definen como una mezcla de fútbol y rugby y otros prefieren comparar más con una combinación del primero con el balonmano.
«Puedes usar mano y pie y las porterías son con forma de u, como en el rugby», explica Miragaya. Aunque en Irlanda se juega en campos grandes con equipos de 15 jugadores, fuera de la isla se practica en partidos de 11 contra 11, donde los goles no siempre se cuentan de uno en uno. «Una de las cosas por las que la gente se engancha es porque, al haber un gol que vale tres puntos, siempre se está atacando. Es más dinámico y se alcanzan puntuaciones más altas», explican desde Ártabros, que se creó en 2011 como equipo hermano del Fillos e Fillas de Breogán.
Los que lo practican aseguran que jugar a fútbol gaélico es sencillo y está abierto a muchos perfiles de jugador, aunque si Ártabros ha organizado el curso es porque la técnica tiene truco. «Es fácil cogerlo si te explican cómo hacerlo desde el principio, porque son movimientos sencillos, pero muchos no están incorporados a ningún deporte. Si lo haces sin tutela, sin que nadie te explique, vas a pasarlo mal», dice Miragaya, quien asegura que en diez sesiones un jugador puede adquirir las nociones para, al menos, «dar la cara» en el campo.
Espíritu amateur
Si la práctica engancha -el 70% de los que prueban continúan practicando, según el club-, también lo hace el propio espíritu del deporte, que en Irlanda se practica de forma amateur en equipos que se forman por condados. «Los jugadores de alto nivel en Irlanda pueden llegar a cobrar por publicidad, pero nunca de los clubes», precisa Miragaya, quien destaca la gran aportación que hace al equipo su entrenador, Caolan, un vecino de Oleiros nacido en Dublín que aporta a los jugadores sus conocimientos adquiridos de primera mano. «Nos ayuda muchísimo», añade.