Vecinos de la parroquia cullerdense reivindican su territorio y recuperan microtoponimia tradicional de la época medieval
07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.San Martiño de Sésamo siempre fue una parroquia muy reivindicativa. De hecho, algunos vecinos recuerdan todavía cuando se izó allí la primera bandera gallega en un mástil, o cuando sus caminos estaban vigilados por agentes de la Guardia Civil porque Moncho Valcarce, el célebre cura das Encrobas, intentaba poner voz desde el púlpito a los que no tenían voz. Aunque los tiempos han cambiado, algunos vecinos siguen teniendo ese espíritu luchador y ahora se empeñan en recuperar la identidad de la parroquia. Víctor Vázquez Leiro es un buen ejemplo de ello: dedicó los tres últimos años a documentar e intentar conservar los nombres de caminos, lugares y calles de la parroquia. Algunos de los cuales datan de la época medieval, tal y como confirma el historiador del Concello de Culleredo, Carlos Pereira Martínez.
«Foron tres anos de moito traballo. Non había planos adecuados da parroquia e houbo que sacalos de Internet, unindo recortes, debuxando camiños e poñendo os nomes un a un. Houbo momentos en que daban ganas de tirar o plano pola ventá. Pero ao final mereceu a pena», relata. De hecho, el Concello ya dio el visto bueno a la nueva nomenclatura, que recoge nombre tan curiosos como Aián, Burras, Cornedo, Brimiáns, Subilares o Fonte do Picho.
Nombres con sentido
Víctor explica que ya conocía buena parte de esta microtoponimia pero, investigando, fue como entendió su significado. «Limpeiro é unha zona alta onde tira moito o aire. A xente ía alí a limpar as fabas, porque o vento levaba toda a porquería». También explica que Patelos se llama así porque antiguamente mucha gente iba a recoger allí las castañas: «Era unha zona chea de castiñeiros. Aínda queda algún... O caso é que a acción de abrir os ourizos e sacar as castañas cos pes chámase patelar». Y así, Víctor cuenta también que el lugar de Burras recibe este nombre porque, tradicionalmente, los vecinos llevaban los burros a pastar allí. «Todo ten a súa explicación, pero hai moita toponimia da que descoñecemos a súa orixe», explica.
Origen reivindicativo
Con él también estuvieron trabajando Carlos Iglesias y Julio Mosquera Vázquez, quien aseguró que ahora el cartero tendrá más fácil su trabajo. «É difícil contentar a todo o mundo, porque nalgúns casos suporá cambiar números e calles. Pero intentamos facelo co maior consenso posible». Víctor y Julio aseguran que esta puesta al día de la toponimia tradicional surgió, precisamente, de otra reivindicación. Explican que la parroquia de Sésamo va menguando con el paso de los años. Y no precisamente en población, porque ya alcanza los 500 habitantes. Se refieren al espacio geográfico. «Sueiro chegaba ao Casal, e moitas casas de Sésamo pasáronse a Culleredo. Aquí nos quitan por todos lados», se queja Víctor. De hecho, reivindican que la tercera ronda, en realidad, no nace en Ledoño, sino en Sésamo. Que la mitad del parque logístico de transporte de Ledoño pertenece a Sésamo. Y una parte de Celas, en realidad, pertenece a la parroquia de Sésamo... Y así, dicen, algunas más. «É que ademais, se vas pola estrada, non atopas indicación algunha para ir a Sésamo. ¿Que pasa? ¿É que Sésamo non existe?», se preguntan. De hecho, algunos GPS no localizan la parroquia porque, en realidad, no hay un lugar con su placa identificativa que se llame Sésamo. Y, gracias a esta iniciativa vecinal, habrá una calle que recibirá el mismo nombre que la parroquia. «Por fin sacarémonos a espiña», dice Víctor.