Las instituciones benéficas de la ciudad ofrecieron un menú especial con pescado y marisco a más de un millar de personas necesitadas y sin familia
26 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Si no existieran Padre Rubinos, la Cruz Roja, la Cocina Económica, Cáritas, el Banco de Alimentos y muchas otras entidades benéficas, con sus cientos de voluntarios y donantes, personas como Ángel, Wilson, Mateo, Dorothy o Carlos hubiesen pasado la Nochebuena como otra cualquiera, con un bocadillo en el estómago, aturdidos por el frío en un cajero o en un portal y, peor que todo eso, completamente solos, sin nadie a quién regalar ni besar. Gracias a que esas instituciones existen, la Nochebuena no fue una noche mala.
¿Qué hizo la Cocina Económica para aliviar estas fiestas a los necesitados? Lo que vino haciendo en sus últimos 128 años, ofrecer una comida especial de Navidad porque de las cenas se ocupan otras entidades. Su presidente, Alberto Martí, como los veinte voluntarios que ayer llegaron tarde a comer con su familia, entregaron la víspera cerca de 600 cestas navideñas para llevar a casa con todo un surtido de productos de la época, como turrones, polvorones, bombones, bacalao, empanadas... El día de Navidad sentaron a la mesa a cerca de 200 personas, que disfrutaron de unos langostinos que parecían langostas, salpicón de rape y carne asada.
Una institución que celebró con los suyos, como si fuese en familia, la Nochebuena y la Navidad fue Padre Rubinos. Su presidente, Eduardo Aceña, explica que la noche del 24 cenaron cerca de 200 personas un menú compuesto por sopa de pescado y marisco, muslos de pavo al horno con patatas y puré de castañas y de postre un surtido navideño. Ya ayer, dieron cuenta de unos fabulosos chorizos al vino, un salpicón de marisco y cordero con patatas panaderas. Y ahí estuvieron para servirlo parte de esos cien voluntarios junto a las monjas de las Hijas de la Caridad.
También han hecho un gran esfuerzo en estas fechas otras instituciones que no tienen comedor, pero hacen un importantísimo reparto de comida para llevar a casa. Ahí está la Cruz Roja o el Banco de Alimentos, que estos días ofrecieron a los usuarios unos paquetes especiales de Navidad más llenos y endulzados que otras veces.
La entidad Renacer también hizo horario extraordinario. Unas 40 personas celebraron la Nochebuena en una casa de acogida en la que no faltó el marisco y las viandas típicas de las fiestas navideñas.
Luego está Cáritas. Según explica Vicente Iglesias, no es esta una entidad dedicada únicamente al reparto de comida, sino que su esfuerzo se centra en las necesidades económicas y sociales de las familias. Y en Navidad se vuelcan como nunca. «Ofrecimos una ayuda especial de Navidad. Como si fuera una paga extraordinaria orientada a personas que en estas fechas carecen de servicios básicos o necesitan pagar el alquiler, la luz, el agua... Hemos recibido también de centros comerciales juguetes para Reyes, pañales o productos básicos para los más pequeños. En resumen, tratamos de que nadie sufra en estas fiestas, que no les falte lo más necesario».
Otras instituciones, como Equus Zebra o Antonio Noche también triplicaron esfuerzos en estas fechas para atender las necesidades de sus usuarios.
solidaridad