El piloto del accidente de Carral no recuerda nada 

La Voz REDACCIÓN

A CORUÑA

@jromerocastro

Sergio Tabeayo está hundido y destrozado

07 sep 2015 . Actualizado a las 00:13 h.

Sergio Tabeayo, conocido como Risi por su buen humor, no puede recordar nada de lo sucedido. Es tal el trauma que no ha podido explicar a la Guardia Civil cómo se produjo el accidente. Sergio está hundido, desconsolado. Así lo confirmó el alcalde de Carral, José Fernández Mouriño, que pudo hablar con el piloto, a quien consoló y trató de animar. El piloto, con gran experiencia, fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Carral para prestar declaración tras el accidente. Nada pudo aclarar por su estado de shock.

Tabeayo, natural de Carral (precisamente donde ocurrió el accidente) fue sometido a sendas pruebas de alcoholemia y drogas. Dio negativo. 

El destino quiso que el piloto del coche que se accidentó en el rali de A Coruña provocando al menos 6 muertos fuera de Carral, el municipio por donde transcurría el tercer tramo de la prueba y que ya entró en la historia negra del automovilismo en Galicia.

«Destrozado y desquiciado»

El piloto está «destrozado» y «desquiciado» por lo sucedido en el accidente, en el que «no supo lo que hizo hasta que se bajó del coche», según reconoció José Luis Fernández, alcalde de Carral, tras participar este mediodía visiblemente emocionado en la lectura de una declaración institucional en memoria de las víctimas.

El regidor no ha hablado directamente con Tabeayo, pero sí con su familia y amigos. «Está desquiciado» y ya nadie le pregunta por eso, explica Fernández sobre el piloto. «Cuando se echó fuera de la carretera dice que no vio nada más, que no supo lo que hizo hasta que se bajo del coche», abundó Fernández. Ahora, que ya sabe el número de víctimas del accidente, «está destrozado», ha añadido el alcalde, que ha reiterado su «gran dolor y pesar» por lo sucedido.

Al volante del Peugeot 206 XS iba Sergio Tabeayo Sande, apodado Risi. A su lado, un copiloto de Cerceda, Luis Miguel Prego Santos, pertenecientes ambos a la escudería Lalín Deza. El coche se les descontroló tras una curva de derechas no muy pronunciada pero a alta velocidad, en la que la rueda delantera derecha entró en la cuneta e hizo girar el vehículo.