Afundación devuelve la experiencia de montar una bici a los mayores de 60, en A Coruña

Lucía Cancela
Lucía Cancela A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

El nuevo programa de voluntariado de la entidad, «Pedalear e conversar», promueve un envejecimiento activo y relaciones intergeneracionales

07 oct 2021 . Actualizado a las 14:20 h.

Se buscan mayores de 60 y personas voluntarias que quieran recorrer A Coruña en un triciclo eléctrico. Afundación daba este jueves el pistoletazo de salida a su nuevo programa denominada Pedalear e conversar, que se enmarca en el movimiento internacional Cycling without age (en bici sen idade), iniciado en Dinamarca, pero ya consolidado en ciudades vecinas del territorio nacional como San Sebastián, Madrid, Alicante, Albacete, Zaragoza o Barcelona. 

La presentación de esta prueba piloto estuvo encabezada por el presidente de Afundación, Miguel Ángel Escotet, y por el fundador del movimiento, Ole Kassow, quien desde Dinamarca se conectaba por videollamada. Los representantes de ambas entidades recibían el proyecto con ímpetu. 

Escotet destacó que el envejecimiento de la población es uno de los desafíos sociales del siglo XXI «que impacta en casi todos los sectores de la sociedad, desde la demanda de bienes y servicios hasta la formación de brazos generacionales». Por ello, Pedalear e conversar reclama la presencia de los mayores en una nueva forma de sentir y vivir A Coruña, y pretende un envejecimiento activo. 

La acción se realizará en grupos reducidos con dos perfiles involucrados. Por un lado, las personas mayores que se sentarán en el vehículo adaptado, y por otro, los voluntarios del proyecto que llevarán el volante. Juntos recorrerán lugares significativos de la ciudad, que evoquen los recuerdos de los abuelos y generen una nueva experiencia con sus acompañantes, buscando ante todo, «un abrazo intergeneracional», decía el presidente. En definitiva, podrán disfrutar de una jornada al aire libre, con el viento de la velocidad ciclista sobre sus caras.

La intención de la entidad es que el programa funcione a pleno rendimiento en la primavera del 2022, e incluso se pueda exportar a otras ciudades de Galicia. Así, la península coruñesa es el punto de partida elegido «por su territorio plano que permite comprobar la seguridad del proyecto». Para esta experiencia inicial, se han adquirido dos triciclos. El programa no solo está inserto en el de perecimiento activo, sino que es transversal a otras áreas de trabajo de Afundación, como la sostenibilidad, el voluntariado o el ámbito de la educación y la cultura. 

Desde el 2012 en Dinamarca

La semilla del proyecto, Ole Kassow, iniciaba su turno de palabra con un «Hello Galicia». El danés explicó que la génesis del proyecto partió de una experiencia personal: «Cuando tenía 5 años, mi padre fue diagnosticado con esclerosis múltiple. Pasó de ser un empresario independiente a no poder caminar en un año. Por lo que conocí de primera mano como la falta de actividad puede conducir a la soledad de las personas», señalaba. Kassow empezó a ser más consciente del mundo que le rodea, y a defender valores como la amabilidad con el resto. «Hace algo más de 9 años me di cuenta de que en mi barrio no había mucha gente mayor en la calle. Y los que veía estaban sentados fuera de sus casas», indicó el fundador, que añadía: «Por lo que un día decidí alquilar un triciclo y acudir a una residencia de mayores para dar un paseo con uno de sus usuarios». Gertrud fue la elegida. «Mientras circulábamos por el vecindario, ella tenía todos los sentidos estimulados, no paraba de hablar». Algo que contradecía con la versión que el personal del centro le había contado sobre la mujer: «Siempre está callada», le decían. Así, se dio cuenta del poder de este programa en los más mayores. 

Cycling without age comenzó en el 2012, y por el momento está presente en 52 países y 2.500 ciudades. En Dinamarca es una constante en las residencias de mayores: «Casi todas cuentan con uno, dos o tres triciclos», comenta el responsable. 

El primer paseo en A Coruña

Los primeros en subirse al vehículo en la ciudad herculina fueron Ricardo López y Balbina Miñones, que aprovecharon la ocasión para visitar el monte de San Pedro sobre tres ruedas. Ambos son usuarios de la residencia El Remanso, y no dudaron en dar el «aprobadísimo» a la conductora voluntaria en cuanto fueron preguntados. Pedalear e conversar cuenta, por el momento, con la participación de voluntarios de Afundación, aunque se abrirá la convocatoria al público general. En este sentido, el fundador del movimiento destacaba que la iniciativa está atrayendo a un perfil muy diverso en cuanto a voluntarios. No obstante, consigue acercar «a los hombres de 50 o 70 años», un prototipo «muy difícil de captar». Por su parte, Miguel Ángel Escotet no dudaba en citar a Aristóteles para transmitir la esencia del nuevo proyecto: «En el movimiento está la vida y en la actividad reside la felicidad».