¿Cuánto cuesta tener asma? 959 euros como mínimo por paciente cada año

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Tener la necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con frecuencia puede ser síntoma de que el asma esté empeorando.
Tener la necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con frecuencia puede ser síntoma de que el asma esté empeorando.

El Chuac conmemora el día dedicado a esta enfermedad, que afecta a alrededor del 5 % de la población, divulgando el decálogo de vida saludable para prevenir los ataques

07 may 2024 . Actualizado a las 14:43 h.

Con motivo del Día Mundial del Asma, que se conmemora este martes, el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac) ha divulgado una serie de consejos para facilitar el control de una enfermedad crónica muy prevalente, ya que se calcula afecta a entre el 4 y el 5,5 % de la población adulta (339 millones de personas en todo el mundo). En España se calcula que 3 millones de ciudadanos viven con esta patología, el 10 % de ellos niños de 6 y 7 años y alrededor del 15 % adolescentes.

Además del impacto sobre la salud, se trata de un cuadro que genera un importante consumo de recursos humanos y materiales, ya que, según señalan desde el centro coruñés, «el coste medio por paciente y año se calcula en 1.726 euros, aunque varía en función de la gravedad en un rango que va desde los 959 euros para el asma leve a los 2.635 euros para el asma grave».

Bajo el lema La educación sobre el asma empodera, los profesionales del centro de A Coruña inciden en que se trata de una enfermedad multifactorial y que «no se puede prevenir», ya que en su desarrollo intervienen tanto factores genéticos del propio individuo, así como sus comorbilidades, pero también elementos ambientales, caso de exposición a irritantes, alérgenos o sustancias contaminantes. Se sabe, además, que «más de la mitad de los pacientes no tienen su enfermedad controlada, y la causa principal es la falta de adhesión a la medicación», subrayan. De ahí que concienciar sobre la necesidad de seguir el tratamiento continúa siendo uno de los objetivos principales, ya que «reduce el riesgo de padecer una exacerbación, aumenta su calidad de vida y disminuye los costes sanitarios».

Entre las diez claves para mejorar el control de la patología, los expertos incluyen  acudir de forma periódica a las consultas programadas con el especialista y el médico de familia, ya que «ellos les informarán de las características del asma, variabilidad de los síntomas y causantes y cómo reconocerlos». Además, indican que «debe tomarse siempre la medicación que prescriba el médico cumpliendo sus indicaciones: dosis, frecuencia y duración pautadas, y nunca automedicarse».

También recomiendan llevar un diario del asma donde recoger los datos sobre aparición de los síntomas, tratamiento y cualquier agente que parezca un causante de los brotes de asma, para lo cual ya hay aplicaciones que se pueden descargar en el móvil y facilitan el registro, como Asmacontrol de Sogapar. Tratar precozmente los síntomas del asma cuando aparecen siguiendo las indicaciones médicas y revisar periódicamente la técnica inhalatoria es otro de los consejos, ya que «el único tratamiento efectivo en el asma es aquel que se inhala correctamente».

No fumar, evitar ambientes con humo y procurar respirar aire limpio y libre de alérgenos, así como realizar deporte, también son indicaciones relevantes para los pacientes, a los que se insta a mantener hábitos alimentarios saludables, puesto que la obesidad también influye en el mal control del asma. Por último, el decálogo incluye evitar las infecciones respiratorias con el lavado frecuente de manos, no teniendo contacto con personas resfriadas o con otras patologías respiratorias, y huyendo de las aglomeraciones en las épocas de epidemia, estrategias a las que, afirman, debe sumarse la vacunación frente a patologías como la gripe.  

En opinión de los facultativos, «desde un punto de vista práctico, la educación sanitaria debe contemplar dos grandes aspectos: transmisión de conocimientos y adquisición de habilidades y competencias» y si bien se ha mejorado en los últimos años, inciden en que los programas exitosos de educación sobre el asma «incluyen estrategias de cambio de comportamiento, prácticas de cuidado compartido y habilidades de comunicación». Además de subrayar la importancia de continuar apostando por la investigación para mejorar en este aspecto, recalcan que «las intervenciones educativas no solo se pueden desarrollar solo en el entorno clínico», y apuntan hacia la promoción del autocuidado en las propias escuelas «por parte de otros pacientes con asma» como una vía para favorecer  un mejor control, una reducción de las exacerbaciones y una mejor calidad de vida. «Además, pueden influir positivamente en que los adolescentes no se inicien en el hábito del tabaquismo y adicciones», concluyen.