Abeleira, un gastrobar en O Temple donde la tradición coquetea con la cocina actual e internacional

En el Mesón A Cepa aprendieron de primera mano lo que es la hostelería y la cocina tradicional antes de embarcarse en el 2018 en un nuevo proyecto, Abeleira, un gastrobar donde la cocina de siempre coquetea con propuestas más modernas e internacionales. «Todo es casero, producto fresco y de calidad. Ese es nuestro sello de calidad», resume Javier Blanco, al frente junto a su hermana Anabel de este acogedor y moderno local ubicado en plena cuesta de la Tapia (Cambre) y que luce con orgullo el distintivo Q de Calidad Turística.

Los que optan por los sabores de toda la vida tienen en la ensaladilla, las croquetas —las hay de jamón ibérico y también de marisco— y el raxo tres opciones con las que satisfacer gratamente sus paladares. Hay otras propuestas, como las rabas con mayonesa de kimchee, o el calamar con mayonesa de cítricos, que no dejan de ser esa cocina de siempre, pero renovada con acierto.

En la carta hay cabida también para platos que invitan a volar hacia otras latitudes como el nasi goreng, un arroz típico de la cocina indonesia que aquí preparan salteado con gambón, pollo, verduras y soja, o las gyozas, unas empanadillas japonesas que se cocinan al vapor, que en Abeleira rellenan con un delicioso estofado de carrilleras con verduras. «La gente joven suele ser más atrevida para probar cosas nuevas, pero siempre hay sorpresas», reconoce el propietario. En esta línea actual y viajera también están las fajitas de pollo con guacamole y nachos, prácticamente un fijo de las mesas en las que se comparten platos al centro, el bao de costilla de cerdo o los tacos —de pulled pork y cochinita pibil—.

Las hamburguesas son otro de sus grandes reclamos y la estrella es la que lleva su nombre. Se prepara con ternera gallega y se completa con cebolla caramelizada, queso San Simón, bacon y tomate confitado. Un bocado suculento. También tienen pizzas con combinaciones de ingredientes algo atípicas, pero deliciosas, como la de langostinos, setas y panceta o la de chicharrones, piquillos y queso de Arzúa.

Cuentan además con repostería artesanal que elaboran en su propio obrador y que sirve de broche perfecto en cualquier visita, ya sea para desayunar, comer o cenar. Los más golosos disfrutarán con la carrot cake o la de chocolate y Nutella, pero la mousse de limón con crumble y lemon curd, hará las delicias de los que buscan un toque cítrico y de frescor en sus cierres. Tienen un menú del día de lo más variado que sirven también a domicilio y, con tiempo, se puede encargar cualquiera de sus tartas para recoger y disfrutar en casa. 

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