«En la cabeza de Bruno Schulz»

H. J. P.

CULTURA

Maxim Biller. Traducción de Paula Kuffer. Editorial Minúscula. 72 páginas. 10 euros

04 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una novela pequeña (o un relato) que inaugura la colección Micra del sello Minúscula parece bien poca cosa. Nada más lejos de la verdad. En la cabeza de Bruno Schulz gustará incluso a los fieles del exquisito, extraño, alucinado mundo literario del genio polaco autor de Las tiendas de color canela. Al modo en que Ernst Lubitsch usó un doble de Hitler en su filme Ser o no ser, aunque sin su humor explícito, el escritor Maxim Biller (Praga, 1960) introduce en la localidad de Drohobycz a un suplantador de Thomas Mann. Corre el año 1938. Esta presencia se suma al momento de ansiedad que se vive por la abrumadora amenaza nazi, y que tiene a Schulz en estado de alerta, deseoso de abandonar su tierra. Schulz trata de escribir en el sótano donde trabaja una carta al verdadero Mann con la esperanza de que pueda ayudarle a difundir sus libros fuera de Polonia. A lo mejor hacía falta un narrador checo que escribe en alemán para acercar todavía más el personaje de Schulz a Kafka, con la confluencia sabida del perfil judío. Schulz escribía en polaco, pero su universo, plagado de visiones oníricas, se acerca mucho a lo kafkiano, y los terrores, taras sociales y obsesiones de ambos tienen lo suyo en común. En todo caso, Biller no solo consigue atrapar en su red el fantasma de Schulz sino que logra una cierta afinidad de espíritu.