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Se modifica así el sistema de ayudas a la amortización del cine, que desde ahora se darán antes de las películas
14 may 2015 . Actualizado a las 16:08 h.El Gobierno ha aprobado este jueves un Real Decreto Ley para modificar la Ley del Cine, que incluirá el cambio del sistema de ayudas a la amortización del cine que hasta ahora se han entregado a posteriori, por un modelo de ayudas a priori, tal y como ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Además, se concederán varios créditos extraordinarios y suplementos presupuestarios, así como otras medidas de carácter tributario, tal y como ha indicado.
De esta forma, junto a la modificación en el régimen de las ayudas de amortización a la producción del cine, se establece un suplemento por valor de 16 millones euros, con el objetivo de abonar la amortización pendiente de 2014 y las necesidades presupuestarias de 2015. Según ha indicado la vicepresidenta del Gobierno, el presupuesto del fondo de protección a la cinematografía queda en 52,5 millones euros.
De esta forma, el Ejcutivo pretende completar el cambio de modelo de financiación del cine que se inició con las reuniones de la comisión mixta, que comenzaron en diciembre de 2012 y concluyeron en diciembre de 2013.
Esta comisión mixta estuvo formada por los ministerios de Educación, Cultura y Deporte; Industria, Energía y Turismo; Economía y Competitividad y Hacienda; así como Presidencia del Gobierno; Vicepresidencia del Gobierno; AC/E; televisiones, representantes de la industria cinematográfica como FAPAE, Academia de Cine y asociaciones de cineastas, entre otros.
Los primeros pasos fueron la creación de los incentivos fiscales al cine, que se incluyeron en la reforma fiscal, que entró en vigor el pasado 1 de enero y que contempla una deducción del 20 % para el primer millón de inversión y del 18 % para el exceso, con un límite de la deducción de tres millones de euros.
Asimismo, esta reforma incluyó también una deducción para atraer rodajes del 15 % de los gastos realizados en España por grandes producciones extranjeras, con un mínimo de gasto de un millón y un límite de la deducción de 2,5 millones por cada producción. Existe la posibilidad de abono sin límite de cuota y desaparece la figura del coproductor financiero. Ahora, este cambio de modelo de la financiación del cine se completa con el cambio de las ayudas a la amortización, de manera que pasarían de entregarse dos años después del estreno de la película, a otorgarse a priori.
A partir de enero del 2016
Las ayudas a «priori» que sustituirán las ayudas a la amortización del cine se aplicarán a partir de enero de 2016, tal y como indicado este jueves el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. Según ha señalado el ministro, este sistema se cambia «radicalmente» por otro de ayudas «sobre proyecto» que se concederán «en régimen de concurrencia competitiva», aunque «atendiendo a una serie de parámetros objetivos definidos con claridad».
Con estos parámetros se tendrá en cuenta, entre otros asuntos, la viabilidad del proyecto, tanto en términos de guion como en el esquema producción; la capacidad de los productores para distribuir y producir un rendimiento económico importante, es decir, de «tener espectadores»; el impacto internacional que puede tener; así como el hecho de que sea una coproducción.
Asimismo, el ministro ha señalado que este sistema contará con un «periodo transitorio» en el que coexistirán las ayudas a la amortización («películas que ya han dado su primera vuelta de manivela») y las ayudas anticipadas, que comenzarán a aplicarse a partir de enero de 2016.
Wert ha destacado que, en lugar de ser ayudas a la amortización de créditos solicitados -«teniendo en cuenta que no se cobra sino pasados como mínimo dos años de estreno», ha dicho- estas ayudas servirán para la producción y «no para pagar intereses de créditos pedidos» para sacar adelante las producciones. El ministro ha recordado que hasta ahora el grueso del Fondo de Protección de la Cinematografía lo consumía la ayuda a la amortización, «un conjunto de cantidades destinadas -tal y como definía ley del cine- a amortizar el crédito que el productor había usado para hacer la película».
«Como esa ayuda dependía de dos factores que no eran susceptibles de ser conocidos a priori» -la inversión efectiva, y su retorno en la taquilla, es decir, que alcanzara un determinado número de espectadores-, Wert ha destacado que se producían dos fenómenos: «La producción tenía que acomodarse a esas condiciones. Tanto en términos de gasto como de búsqueda de espectadores se buscaba estar en los límites a partir de los cuales se percibía esas cantidades».
Sistema actual «inservible»
A su juicio, este sistema ha demostrado ser «inservible» para dotar de músculo industrial a la cinematografía. Además, ha criticado que «se han producido un número de películas excesivo». En este punto, ha recordado que la Unión Europea habla de una película por cada millón de habitantes. «A España le tocarían 46 o 47, mucho menos de lo que actualmente se está produciendo», ha dicho. Asimismo, ha agregado que «en términos de capacidad industrial del cine, no ha rendido los frutos que se esperaban».
Junto a la modificación en el régimen de las ayudas de amortización a la producción del cine, se ha establecido también un suplemento por valor de 16 millones euros. De ellos, tal y como ha indicado Wert, diez irán destinados a cubrir la «insuficiencia de dotación del Fondo de Protección a la Cinematografía»; cinco a cubrir la «insuficiencia respecto al prorrateo que se realizó con cargo de presupuestos de 2014»; y uno a reponer el capital de la sociedad de garantía recíproca, que se ha constituido con EGEDA para avalar los créditos preconcedidos.
Wert ha puesto de relieve que este sistema de ayudas es resultado del trabajo en el que la comisión mixta de cine, en la que han estado representados tanto los ministerios implicados, como televisiones, productores y asociaciones de cineastas, y, en concreto, ha destacado la colaboración de FAPAE y de las asociaciones de productores que, según ha dicho, han sido «esenciales».
Un largo y tortuoso camino
La aprobación llega después de más de tres años de tensas negociaciones con el sector, que sigue sin ver colmadas del todo sus expectativas. Pese a que había acuerdo con la industria del cine desde hace un año y medio, el bloqueo por parte del Ministerio de Hacienda de las partidas presupuestarias necesarias para acometer las reformas ha sido el principal caballo de batalla durante meses. Hasta tal punto ha sido así, que entre tiras y aflojas y retrasos y más retrasos, se precipitó, hace casi un año, la dimisión de la directora del Instituto de Cinematografía (ICAA), Susana de la Sierra, la interlocutora más directa del Gobierno con el sector.
Fue a comienzos de 2012 cuando el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, anunció a bombo y platillo su propósito de poner en marcha un modelo mixto de financiación en el que las ayudas directas se complementasen con incentivos fiscales. Ese plan se tradujo pronto en un recorte del Fondo de Protección de Cinematografía -de donde salen las ayudas- que pasó de 76 millones de euros en 2011 a 49 millones en 2012, y siguió cayendo en 2013 (39,12 millones) y 2014 (33,7 millones).
A eso se añadió la aprobación, en julio de 2012, de la subida del IVA de los espectáculos del 8 al 21 %. Sin embargo, las reformas paralelas prometidas han tardado bastante más en fraguarse, lo que no ha dejado de suscitar las quejas de los productores en todo este tiempo.
En diciembre de 2012 se formó una comisión mixta en la que estaban representados todos: productores, distribuidores, exhibidores, televisiones y, por parte del Gobierno, desde el Ministerio de Cultura a Hacienda y Presidencia. El documento de las conclusiones de esa comisión tardó otro año más en lograr el consenso de todos. En él figuraba el compromiso del Ejecutivo de cambiar el sistema de ayudas, lo que se ha aprobado hoy, pero también otros puntos como la rebaja del IVA, y el aumento de los incentivos fiscales hasta «al menos el 25 %».
Mientras que la rebaja del IVA sigue esperando, el aumento de las desgravaciones fiscales llegó seis meses después, en un Consejo de Ministros de junio de 2014, pero cumplió sólo a medias, al elevar el porcentaje del 18 % al 20 %, sólo para el primer millón de euros invertido y con un límite de tres millones.
También se introdujo, por primera vez, un tipo específico de desgravación para atraer rodajes extranjeros, del 15 %, con un techo de 2,5 millones de euros, que los productores también vieron insuficiente y poco competitivo con otros países del entorno. Sólo un mes después se produjo la dimisión de la directora general del ICAA, Susana de la Sierra, que fue interpretada como un síntoma de agotamiento.
Y es que, por otro lado, con recortes y todo, las llamadas ayudas a la amortización, que absorben el grueso del Fondo y se liquidan teóricamente dos años después del estreno, en función de una serie de criterios objetivos, como el resultado en taquilla, tardaban cada vez más en pagarse.
A finales de 2013 aún no se habían abonado las pendientes del 2011 y el año pasado, por primera vez, no se cubrió el total de lo comprometido -faltaban unos 5 millones, según los productores- lo que llevó a aplicar un sistema de prorrateo.
Para este 2015 el Fondo de Cinematografía disponía inicialmente de 36,58 millones, una cantidad insuficiente, que con el nuevo crédito aprobado hoy se eleva hasta los 52,5 millones de euros. La aprobación del nuevo sistema de ayudas pretende evitar en el futuro estos problemas de tesorería, y acabar con las incertidumbres a las que se enfrentaban hasta ahora los productores a la hora de pedir créditos a cuenta de una subvención que aún no habían cobrado, y con la amenaza del prorrateo.