La voz de Andrés Suárez iluminó la noche de su Ferrol

álvaro alonso, a. v. LA VOZ

CULTURA

ángel manso

El cantante abrió las fiestas de la ciudad con un concierto multitudinario en la plaza de España

22 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Andrés Suárez confesó ayer que era la oportunidad de su vida y que «nunca había estado tan nervioso». El cantautor regresaba a su tierra, donde aspiró siempre a ser profeta. Él, su escenario, su larga melena, su guitarra, su banda, su voz... y sus vecinos. Para él, más que suficiente. «Llevo ocho años esperando por este concierto. Es el más importante de toda la gira». Y no defraudó. Poco después de la once abría por todo lo alto las fiestas de Ferrol, la ciudad que lo vio nacer hace 32 años.

En la plaza de España, tras el pregón de la actriz Sonia Castelo, Suárez se metió en el bolsillo a las enfervorizadas fans que ocuparon las primeras filas y al abundante público que se fue acercando atraído por la belleza de las canciones de su nuevo disco, Mi pequeña historia, que apenas tiene dos meses de recorrido. Andrés fue Andrés desde el primer minuto hasta el último. Con sus letras que cantan a lo vivido, a su infancia, a su adolescencia y a sus años en Madrid, al amor y al desamor. No saben de ti, Voy a volver a quererte, Dublín... Unas letras con las que, de una manera u otra, todos se sintieron identificados.

El recital estuvo salteado con reiterados guiños a su ciudad: «Soy de Ferrol, a mucha honra», proclamó. La noche había caído sobre Ferrol. Pero la plaza de España resplandecía por la cálida voz de Andrés, que logró que canciones como Una noche de verano viajaran con su luz en todas direcciones.

En enero pasado llenó el Palacio de Vistalegre en Madrid, pero es Galicia lo que lo cautiva. Suárez presume de su tierra allá por donde va y triunfa, y cuando regresa, lo hace a lo grande. Puede dejar Ferrol tranquilo tras haberlo dado todo. Los sentimientos que surgieron sobre el escenario le darán, seguro, para una o más canciones en el futuro. A su edad, a su «pequeña historia» le queda mucho por contar. El concierto terminó de madrugada y a la ciudad la fue ganando el silencio.

Hasta esta noche, cuando Efecto Pasillo volverá a hacer temblar la plaza de España. Ya pasó Andrés Suárez. El auténtico. El que escuchaba a Juan Luis Guerra y Sabina en su adolescencia y quería acercarse a sus ídolos y su música. Le va quedando menos.