La reina defiende los manuales de estilo periodístico para unificar criterios

EFE

CULTURA

Letizia Ortiz ha inaugurado el X Seminario Internacional de Lengua y Periodismo

13 oct 2015 . Actualizado a las 18:10 h.

La reina Letizia ha afirmado que un manual de estilo periodístico «no obliga, tan solo reglamenta preferencias de uso» y ha añadido que no tiene duda de su utilidad porque «unificar criterios» no tiene otro fin «que lograr que la comunicación sea eficaz».

Letizia ha inaugurado el X Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Fundación San Millán de la Cogolla y en el que el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince ha pronunciado la conferencia inaugural, titulada «En román paladino».

También han participado en la apertura del seminario, que lleva por título «Manuales de estilo en la era de la marca personal», el presidente del Gobierno de La Rioja y presidente de la Fundación San Millán, José Ignacio Ceniceros; el director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Fundéu BBVA, Darío Villanueva; el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González-Páramo; y el presidente de la Agencia Efe, José Antonio Vera.

La reina ha afirmado que es el usuario del manual de estilo -periodista o no- quien decide lo que desea aplicar si quiere comunicarse y tener estilo propio. «Unificar criterios no tiene otro fin, por tanto, que lograr que la comunicación sea eficaz. Y normalmente este fin suele coincidir con la corrección lingüística. Digo suele con prudencia porque excepciones habrá», ha indicado.

Ha precisado que si se da por bueno un axioma que dice que «el lenguaje refleja el orden con que se piensa», se dará por bueno «el hecho inapelable de que una expresión ordenada y correcta será más efectiva para que nos entiendan. Para que la mayoría nos entiendan». 

«Y es el lenguaje formal, el que hemos establecido entre todos por convención, el que consigue esto. Que no es el lenguaje de los listos, sino el de todos», ha afirmado Letizia.

Lo cual no significa, ha añadido, un estancamiento del lenguaje, «hecho imposible que cada minuto refutan millones de usuarios, periodistas o no, que dotan a nuestra lengua de vigor inmarcesible con sus pulgares al teclear desde cualquier dispositivo móvil o smartphone».

«Lo que cuenta, insisto, es que nos entendamos. El pensamiento crítico, en todo caso, siempre va a exigir reposo, corrección lingüística y profundidad. Para los que os llamáis, u os llaman, nativos digitales, que dicen que son los de menos de 30 años, y para quienes ya dejamos los cuarenta», ha detallado.

Abad Faciolince ha defendido la «belleza de la diferencia» y ha asegurado que «los manuales de estilo no deberían ser de etiqueta lingüística, sino de higiene lingüística, de claridad, porque la lengua es un medio de diálogo y de comprensión mutua».

Un manual de estilo «no es un catecismo de mojigatería idiomática, sino que debería ser como un botiquín de primeros auxilios para la claridad», ha indicado. Para el autor colombiano, «más que policías gramaticales o celadores del lenguaje o inquisidores de la pureza, los manuales de estilo deben ayudar a la sencillez, a la claridad, y no como normas férreas para imponer lo tradicional o excluir la novedad, sino como generosos herramientas de entendimiento y de ayuda mutua».

También se ha referido a que el español ha logrado mantener la unidad y la compresión entre sus distintas variedades, «todas dignas y hermosas, porque son genuinamente nuestras; y en lo auténtico y en lo genuino nos vamos a entender siempre».

Ceniceros ha dicho que este seminario es «un referente para lingüistas, periodistas y escritores» y ha aludido al empeño de su Gobierno en que el nombre de San Millán se vincule, a través del Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (Cilengua), a los estudios lingüísticos y «a una preocupación especial por la lengua desde cualquier tipo de investigaciones y disciplinas».

Villanueva ha repasado los manuales de estilo publicados en español, desde el primer libro de estilo de la Agencia EFE en 1976 hasta la actualidad; y los ha calificado como una herramienta «insustituible», cuyo futuro es el mismo que el futuro de la comunicación.

Ha mencionado, como ejemplo de ese afán por resolver las dudas lingüísticas más frecuentes, el Diccionario Panhispánico de Dudas, editado en el 2005 por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española y que fue saludado con agradecimiento por algunos de los principales medios de comunicación del mundo hispanohablante.

González-Páramo ha precisado que el BBVA cuenta con su propio libro de estilo, un Código de Conducta que proporciona a quienes trabajan en el grupo «pautas de comportamiento acordes con los principios de prudencia, integridad y transparencia» y que es, ha dicho, uno de los más avanzados de la industria financiera.

Vera ha destacado la importancia de que los periodistas hablen «en román paladino: de manera clara, directa, sin rodeos ni palabras oscuras» para que su narración sea buena y comprensible, y ello «no es posible sin un buen conocimiento de la lengua española», en cuya defensa y promoción siempre ha estado comprometida la Agencia Efe.

El presidente de EFE ha resaltado que «el periodismo es, básicamente, la remoción del desconocimiento», es «narración continua de cuanto ocurre y es importante o interesante para un receptor plural, para el público», y «la narración solo es buena y comprensible cuando se domina la lengua».