Enrique Montenegro comenzó a trabajar sobre esta tesis hace ya diez años
30 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Buena parte de la vida de este historiador vocacional la ha dedicado a estudiar Santa Eulalia de Bóveda. Tras haber publicado varios libros sobre este monumento, hace diez años comenzó la aventura del doctorado, que finalizó esta semana cuando recibió el cum laude de la Autónoma de Madrid por su tesis, la primera sobre el templo lucense.
-¿Cómo enfocó la investigación?
-Vi que había pocas evidencias arqueológicas claras, todos opinaban, pero no se aclaraban los argumentos. Entonces, me propuse hacer una crónica, una revisión historiográfica que intentase localizar el monumento y averiguar todo lo que se hizo hasta la actualidad. Buceé en archivos de todo tipo, incluido el General de la Administración, en Alcalá, y recopilé información poco conocida. Sin conocer todas las actuaciones hechas en él sería difícil ofrecer una interpretación correcta.
-¿Y qué es Bóveda?
-Analicé todas las interpretaciones. Y los datos que aporto confirman que fue para un enterramiento, y me atrevo a decir que de un seguidor de Dioniso. Nunca será la versión definitiva porque nos faltan materiales arqueológicos que nos permitan averiguar el mensaje que nos querían dar los que construyeron el edificio.
-¿Y qué salud tiene el templo?
-Fui antes de leer la tesis y me escandalicé. Concretamente un sillar encima del relieve del fénix de la entrada estaba fracturado, deshaciéndose. Creo que es horrible la vegetación exterior que se mete por todos los lados. Por otra parte, la humedad no tiene porque ser mala, pero sí si median cambios de temperatura: la pared seca, la sal cristaliza y se rompen las pinturas.
-¿Publicará la tesis?
-Por el momento, no. Estoy defraudado. Parece que el gran problema es que el texto no está escrito en gallego. Me parece injusto.