La propuesta ha sido declarada de interés cultural y sirve para entretener a los viajeros al tiempo que acerca la lírica a nuevos públicos
18 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La ópera se mueve estos días por los túneles subterráneos de la capital argentina. La red de metro que transportan más de un millón de personas cada día en la ciudad es el escenario elegido por la agrupación Ópera Periférica para representar una relectura de La Serva Padrona, una obra maestra barroca del género cómico creada por Giovanni Battista Pergolesi en 1733. Diez músicos con sus instrumentos, un director de orquesta y cuatro cantantes consiguen sacar a los viajeros de su gesto abstracto con la mirada perdida para llevarlos a expresión de sorpresa que termina en sonrisa. La propuesta ha sido declarada de interés cultural por la Legislatura porteña y sirve para entretener a los viajeros al tiempo que acerca la lírica a nuevos públicos.
Durante la última quincena de agosto se presentarán al mediodía cuatro funciones divididas en dos actos de 20 minutos en distintos puntos de las seis líneas del metro. La actividad comienza en una estación y termina en otra. El elenco se desplaza en los trenes despertando el asombro del público. «Buscamos sacar el repertorio de su lugar tradicional», apunta el director de la obra Pablo Foladori, formado en Letras, Composición Musical y en Dirección Escénica de Ópera, y propone «un diálogo con nuevos territorios y nuevos espectadores» porque «cada intervención en espacios no tradicionales permite generar nuevas poéticas y diálogos para la ópera». Es una «revisión» que «entiende la ópera como un objeto cultural multidisciplinario con capacidades de transformación social», explica. Con esta vocación ya realizó propuestas similares pistas de baloncesto y canchas de fútbol, así como una singular Bastián y Bastiana de Mozart, donde músicos y cantantes profesionales se mezclaron con un grupo de rap y break-dance. Ópera Periférica está diseñando nuevos proyectos y, según el productor y descendiente de gallegos, Ernesto Goya, mantienen contactos para «intervenir» el Metro de Madrid.