El Deportivo vence al Celta en un derbi gallego para el recuerdo

DEPORTES

CESAR QUIAN

Un gol de Borja en el minuto 93 eleva al equipo coruñés y frustra la reacción celeste, que había neutralizado un 0-2 en contra

16 abr 2012 . Actualizado a las 17:49 h.

Un espectáculo que dignifica el fútbol de Segunda acabó del lado del Deportivo de La Coruña por los pelos, en una jugada a balón parado, el principal talón de Aquiles del Celta. El equipo vigués, que había luchado hasta su último aliento para neutralizar un 0-2 a favor de los coruñeses, saboreaba un empate que respondía al esfuerzo hecho por los locales. Pero una falta mal defendida la aprovechó Borja para dar la victoria al Dépor y tres cuartos del ascenso directo. Los de Oltra, que se adelantaron en su primera ocasión y sufrieron para mantener su ventaja, dejan practicamente sentenciado su regreso a Primera sustentado por dos centrales inmensos, la gota de calidad de Juan Domínguez y la presencia de Guardado, que le sirvió de ancla en pleno asedio celeste.

Hubo dinamita en el inicio del derbi. Sin tiempo a que los equipos se oliesen los hocicos, el Deportivo abría el marcador gracias a dos gestos de técnica individual. Juan Domínguez, incrustado en la media punta, giró y sin controlar la pelota filtró el pase a Riki, que definió con precisión a pesar de usar la diestra. El gol desató la tormenta de emociones y fútbol que se esperaba del derbi y del duelo de los dos mejores equipos de la categoría. El Celta, que alteró su once con la presencia de Yoel en la portería y de Joan Tomás como enganche, se encontró de sopetón con un tempranero golpe. El gol, sin embargo, lejos de acongojar al equipo celeste, le sirvió para espolear su fútbol. Se lanzó a la yugular del Dépor, al que aculó en su área, pero le faltó pausa y pecó de una cierta fijación por entrar por el centro, donde Colotto y Zé Castro estuvieron imperiales.

Empezó el Dépor a sufrir cuando el Celta explotó las bandas y obligó a los interiores coruñeses a ayudar a los laterales. Valerón aparecía más cercano a su área que a la del Celta. De Lucas amenazó con amargarle la mañana a Morel y Orellana fue un dolor para la zaga herculina por su movilidad. La ocasión más clara fue un remate de Colotto hacia su portería a centro de Roberto Lago. Al Celta, sin embargo, le faltó un último pase o mayor precisión en sus disparos, porque Aranzubía apenas tuvo más trabajo. El Dépor lo pasaba mal por posición pero cada vez que salía con la pelota controlada creaba problemas a un Celta que siempre sufre para robar la posesión al rival. Las veces contadas en que se juntaban Bruno Gama, Valerón o Guardado con Juan Domínguez aparecían los espacios.

El canterano tuvo un remate al lateral de la red a los 18 minutos que enfrió los ánimos locales. El partido estaba vivo pero se embarró por la indecisión del árbitro cuando Riki sufrió su enésima lesión muscular. El de Aranjuez cayó fuera del campo lesionado, volvió al césped para tirarse y detener el partido, pero el trencilla le ignoró. Se calentó el partido hasta la sustitución de Riki y posteriormente en un enganche entre veteranos, Morel y De Lucas. Ebullición extradeportiva y poco fútbol hasta el descanso, pero el segundo tiempo empezó a toda mecha. Fue el período de Guardado, que dio sentido a todas las acciones del Dépor, y de Álex López, que asumió la responsabilidad en el centro del campo celeste.

El mexicano disparó con peligro al minuto de juego y luego obligó a Yoel a la parada del mediodía a un cabezazo con olor a gol. Después, con un sutil toque de primeras, dejó solo a Lassad ante el meta vigués para definir el 0-2 que parecía sentencir el partido. Álex López rescató al Celta, y le dio otra dimensión a su fútbol. Más directo y vertical, el centrocampista ferrolano alimentó el arreón del Celta por meterse en el partido. Chutó con peligro López justo después del gol e inició la jugada del 1-2, enganchando con Orellana antes de que el chileno encontrase a De Lucas en la frontal. El catalán, desaparecido desde su buen inicio, enganchó un disparo de primeras a la media vuelta, inalcanzable para Aranzubía.

Había salvado Morel a los dos minutos de la reanudación un remate de Aspas bajo palos. El intercambio de golpes se acabó tan pronto como Oltra decidió retirar a Valerón por Borja y luego, forzado por la lesión de Bruno Gama, sorprendió con Manuel Pablo, que no jugaba desde diciembre. Se convirtió el derbi en un duelo unidireccional y el Celta encontró el empate. Lanzó la falta De Lucas, Aranzubía rechazó el tiro y otro a bocajarro pero ya no pudo con el golpe de gracia de Catalá. La zaga del Dépor, pasiva en el lance, pidió fuera de juego. Era el premio a la insistencia local, porque el Celta no dejó de creer a pesar del cansancio y cierta falta de ideas en la creación. Pero el derbi se reservaba un golpe de efecto final. Guardado lanzó la última falta del partido, Colotto cabeceó en el segundo palo y el balón dio en el larguero. Borja, cuya presencia en el partido parecía haber perjudicado a su equipo, empujó el esférico, muerto en área pequeña. Se apuntaba el Dépor sobre la bocina un derbi para el recuerdo, digno de dos equipos de categoría superior.

2 Celta de Vigo: Yoel; Hugo Mallo (Catalá, min.74), Oier Sanjurjo, Túñez, Roberto Lago; Oubiña, Alex López Quique de Lucas, Joan Tomás (Bermejo, min.51), Orellana; Iago Aspas (David Rodríguez, min.67).

3 Deportivo de la Coruña: Aranzubia; Laure, Colotto, Ze Castro, Morel; Alex Bergantiños, Juan Domínguez; Bruno Gama (Manuel Pablo, min.75), Valerón (Borja Fernández, min.63), Guardado; Riki (Lassad, min.38).

Goles: 0-1 Riki, min2; 0-2 Lassad, min.62; 1-2 Quique de Lucas, min.67; 2-2 Catalá, min.82; 2-3 Borja Fernández, min.90

Árbitro: Miranda Torres (colegio catalán). Amonestó a De Lucas, Bustos, Orellana por parte del Celta de Vigo, y a Riki, Morel, Colotto, Juan Domínguez por parte del Deportivo de la Coruña.