14 may 2012 . Actualizado a las 12:31 h.
Marta (al pie de la obra, en el Canal de Panamá), su marido Rubén y sus dos hijos disfrutaron en Santiago de la campaña del ascenso. En agosto les tocó hacer las maletas. Y decidieron mantener su abono y adelantar dinero para el capital social. «Después de lo vivido, nos daba pena abandonar el barco tan fácilmente», dice Marta.