
El equipo celeste, inferior en el primer tiempo, se puso por delante en el segundo pero cayó ante el acierto de Agirretxe
26 ago 2012 . Actualizado a las 01:30 h.El Celta sumó su segunda derrota en Anoeta con constantes vitales radicalmente opuestas a las que mostró contra el Málaga. Injusta ésta última, cayó en buena lid el equipo vigués ante la Real Sociedad, un torbellino en el primer tiempo y luego elevada por el acierto de Agirretxe. Los de Paco Herrera, frágiles en defensa, reaccionaron a una mala disposición en los primeros 45 minutos y De Lucas adelantó al Celta, pero la Real le dio la vuelta al marcador, que ya no se movió a pesar de los intentos de Iago Aspas, el mejor futbolista celeste en San Sebastián.
Como un niño en el día de Navidad, Paco Herrera quiso presumir de juguetes en Anoeta. No dio tiempo a Krohn-Dehli de aterrizar y le puso la zamarra de inicio contra la Real Sociedad, en medio de un once tremendamente ofensivo. Acompañaban al danés Augusto Fernández, De Lucas y Aspas, mientras Álex López era el único acompañante de Oubiña en el eje. Poco o nada impresionó semejante muestrario de armas a la Real. Dolido por la goleada del Camp Nou, el equipo de Montanier desató un vendaval sobre el área celeste del que salió indemne el equipo vigués porque la providencia así lo quiso. La suerte que le dejó tirado en el estreno contra el Málaga le recompensó y con varios pluses al Celta en el primer acto.
Una jugada con doble balón a los postes y otra llegada que terminó en el larguero pusieron los puntos de exclamación. Comenzó la Real con otra velocidad y obligando a Varas a marcar territorio en los balones aéreos. Pero pronto se comprobó que el once tan ofensivo de Herrera. Los dos centrocampistas no daban abasto para ayudar en la defensa de los puñales de Vela y Griezmann, ni para tapar el talento entre líneas de Xabi Prieto. Ansotegi y Agirretxe acertaron con los palos en la misma jugada, y poco después era Griezmann quien, tras asistencia de Prieto, daba en el larguero. El agobio era mayúsculo en la primera media hora, en la que el Celta tuvo serias dificultades para salir de su campo con la pelota controlada. Ahogado, con Augusto impreciso y Krohn-Dehli aún perdido, Iago Aspas ejercio de boya. Se descolgó de su puesto de delantero, quiso enganchar y correr para reanimar a su equipo. Lanzó un pase preciso para que De Lucas entrase en el área aunque le interceptasen antes de poder disparar, y forzó una amarilla de Ansotegi y una falta peligrosa en una buena galopada.
Fue todo el balance ofensivo para un Celta que bendijo su suerte al descanso pero que era consciente de que así no iba a llegar lejos. Salió enfurecido del vestuario, con la intensidad que le faltó en el arranque del partido. Hizo más en cuatro minutos que en 45 y logró ponerse por delante. Se activó Krohn-Dehli, que en un par de jugadas dejó el sello de lo que puede ser su aportación. Y entre Aspas y De Lucas fabricaron el gol del catalán, que primer encontró entre líneas al canterano y éste le devolvió con una preciosa maniobra para que De Lucas fusilase. El gol, sin embargo, no asentó al Celta y se volvió en su contra. La Real remontó en un suspiro porque reactivó sus bandas y encontró facilidades de la zaga viguesa. Griezmann sacó el bisturí y dividió para que Agirretxe definiese con contundencia. Y Vela, poco después, aprovechó la bisoñez en defensa de Augusto, centró al corazón del área, un envío blando que Cabral y Túñez no supieron despejar. Agirretxe, muy vivo, olió el miedo y empujó el 2-1 ante la perplejidad de Varas.
El partido entró en fase de cansancio y la Real buscó más la contra. Al Celta le costó tejer su fútbol ofensivo cuando no encontró a Iago Aspas, el mejor celeste sobre el césped. Chutó una vez más con peligro el canterano obligando a Claudio Bravo a una buena parada. Quiso dar solidez a su equipo Herrera con Insa y Bellvís, antes de introducir a Joan Tomás por Oubiña en un intento desesperado. El Celta se expuso a las llegadas de la Real, que rozó la sentencia a través de Griezmann, Agirretxe y Chory Castro, una pesadilla. Pero a pesar del arreón final, el Celta se quedó sin puntuar.