Los agresores tienen entre 15 y 16 años
04 dic 2012 . Actualizado a las 16:05 h.Un juez de línea, Richard Niuwehuizen de 41 años, murió después de recibir una brutal paliza de tres jugadores de fútbol aficionado en Holanda, según confirmó el club SC Buitenboys. El árbitro estaba clínicamente muerto después de la brutal agresión en las inmediaciones de las instalaciones del club de fútbol juvenil.
Los jóvenes de entre 15 y 16 años fueron detenidos por la mañana al ser sospechosos de la paliza en la que le habrían propinado varias patadas y golpeado fuertemente en la cabeza hasta el punto de causar graves lesiones cerebrales.
Según explica la prensa holandesa de este martes, el partido, en el que el equipo local se enfrentaba al B1 de Niew-Sloten, de Ámsterdam, tuvo que ser interrumpido en varias ocasiones por presuntos episodios violentos.
A pesar de que los testigos aseguran que no hubo ninguna decisión arbitral excesivamente polémica, explican que los jóvenes asaltaron al árbitro el domingo después de un partido en Almere, localidad cercana a la capital holandesa. «Se escapó, pero los chicos le persiguieron y le golpearon», señaló un portavoz de la policía.
El colegiado pudo caminar por su propio pie hasta la cantina del campo, pero se comenzó a sentir mal y fue trasladado al hospital, donde falleció este lunes.
La Justicia holandesa decidirá este martes si comparecen los tres jóvenes detenidos como supuestos autores de la agresión, aunque la policía no descarta nuevas detenciones en relación al trágico suceso.
Los tres detenidos han sido expulsados de por vida de su club de fútbol, que ha anunciado en su página web la anulación de todas las actividades previstas para esta semana.
Reacciones
La Federación de Fútbol Profesional (KNVB) ha emitido un comunicado lamentando el suceso y ha indicado que estudia celebrar un minuto de silencio en todos los partidos de la liga holandesa de este fin de semana. «Es terrible para la víctima y para el fútbol holandés», dijo un portavoz de la organización.
El concejal de Deportes de Ámsterdam, Eric van den Burg, declaró a los medios que no ve razones para cerrar el club al que pertenecen los sospechosos, si bien indicó que había sido advertido en otras ocasiones por presuntos episodios violentos de sus miembros.
Según el presidente del club de fútbol de Almere, Marcel Oost, uno o dos menores más podrían estar implicados en el incidente, aunque la policía que está investigando los hecho, todavía no ha realizado más detenciones.
La ministra de Deportes de Holanda, Edith Schippers, reaccionó con indignación. «No tiene nada que ver con el deporte y no se puede tolerar bajo ninguna circunstancia», señaló a una radio holandesa. Casi todos los partidos políticos exigen duras sanciones contra la violencia en el fútbol aficionado.