Ninguno de los ciclilstas que declararon ayer admite haberse dopado con el médico
13 feb 2013 . Actualizado a las 13:05 h.En casi todas las potencias del ciclismo afloraron arrepentidos de prestigio. Grandes nombres que han reconocido haber recurrido al dopaje para llegar hasta el estrellato. Jan Ullrich, Richard Virenque, Ivan Basso, Frank Vandenbroucke, Thomas Dekker, Tyler Hamilton y, como no, el ídolo caído Lance Armstrong adornan una lista que ya figura en las páginas más oscuras de la historia del deporte. Quizás se eche en falta un español entre los confesos ilustres. España solo tiene a Jesús Manzano. Un corredor de segunda fila que tras quedarse sin equipo en el 2004 destapó las vergüenzas que había detrás de las hazañas sobre el asfalto. Narró en el diario As cómo durante su carrera había recibido transfusiones, epo, hormona de crecimiento, cortisona e insulina, y también contó la forma en la que estuvo a punto de morir mientras pedaleaba escapado con Virenque en el Tour.
Nueve años más tarde de aquella denuncia, a la que sus compañeros se empeñaron en restar credibilidad, a Manzano le ha llegado su momento. Esta mañana declarará en el juicio de la operación Puerto. A buen seguro, será un testimonio menos olvidadizo que el de Joseba Beloki, Isidro Nozal, Unai Osa y David Exteberría, quienes ayer negaron haberse tratado nunca con Eufemiano Fuentes, pese a los indicios que dicen lo contrario en los papeles incautados al médico canario.
De hecho, la insistencia de los testigos en reconocer escasa o nula vinculación con Fuentes provocó varias peticiones a la jueza para que les recordase que estaban bajo juramento y que el falso testimonio era constitutivo de un delito de perjurio. «En mi carrera deportiva jamás recurrí al dopaje», espetó Isidro Nozal, quien fue excluido de la Dauphiné en el 2005 por una tasa de hematocrito elevada y quien dio positivo por epo CERA en el 2009. ¿Cómo explica estos dos episodios? «No me lo explico, pregúntele a los médicos que tenía entonces» (ayer recalcó que siempre se había tratado con los doctores de los equipos a los que había pertenecido y que Eufemiano, con quien tuvo contacto en el 2005, solo fue su preparador personal).
Probablemente alertado de que tal vez aparecía en alguna de las grabaciones que había realizado la Guardia Civil al cabecilla de la trama, Nozal no ocultó que había ido a Madrid a que le extrajese sangre, pero lo vinculó a análisis clínicos y destacó que jamás le habían hecho una autotransfusión. Tampoco le pagó un céntimo, pese a que no era el médico oficial del Liberty Seguros. «Me llamó él [Eufemiano] y me dijo que quería trabajar conmigo», apuntó, poco antes de negarse a prestar su ADN para cotejarlo con las bolsas de sangre que se requisaron durante la operación Puerto.
Desconocen la símbología
Pero menos que Nozal todavía, admitieron Joseba Beloki, David Etxeberría y Unai Osa conocer al número uno de la red de dopaje. A Osa Eufemiano lo señaló durante su declaración como cliente. Fue uno de los pocos nombres que aireó, aunque amagase en un par de oportunidades con desvelar la lista al completo. Pero eso tampoco movió al vasco a cambiar lo que había sostenido hasta la fecha sobre el caso. Como Etxeberría y Beloki, de quien aparece su número de teléfono en los documentos junto a un plan de entrenamiento, indicó que no se había tratado con Fuentes. Que desconocía por completo la simbología del médico canario que tan bien había descifrado un día antes Jörg Jaksche, compañero de los tres en el Liberty Seguros. Claro que el alemán sí hizo público su dopaje.