Ancelotti, nuevo entrenador del Real Madrid

Colpisa

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El técnico italiano ha firmado para las próximas tres temporadas

25 jun 2013 . Actualizado a las 20:17 h.

El italiano Carlo Ancelotti es el nuevo técnico del Real Madrid, con el que firma para las tres próximas temporadas, según informa el club blanco. Ancelotti, que se ha desvinculado del París Saint Germain, club al que llevó la pasada temporada al título de Liga, será presentado el miércoles en el estadio Santiago Bernabéu a partir de las 13.00 horas. El técnico italiano releva en el banquillo blanco al portugués Jose Mourinho, que ha regresado al Chelsea inglés.

Al tercer intento, Florentino Pérez ve satisfecho su viejo deseo de disponer de Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid. Lo que no confirmó la entidad merengue es el sueldo y si ha tenido que indemnizar al PSG, ya que al entrenador aún le quedaba un año de contrato con el campeón francés. Aunque los parisinos ya cuentan con Laurent Blanc para su banquillo, se especula que el Madrid tendrá que abonar 4,5 millones por la rescisión y una ficha cercana a los 10 millones de euros, similar a la de José Mourinho.

Experiencia, éxitos y fiabilidad en todos los países en los que ha entrenado avalan al preparador de Reggiolo, que aterriza en la capital de España tras ser elegido el mejor técnico de la temporada en Francia. Recientemente cumplidos 54 años, Ancelotti ya es una institución en los banquillos. Acumula cerca de 20 campañas entrenando y es el segundo técnico en activo con más partidos en la Copa de Europa. Pocos títulos se le han resistido, se ha curtido en los mejores campeonatos de Europa, con la excepción de la Bundesliga, acostumbra a lidiar con grandes figuras y está familiarizado con la presión de tener que ganar.

La llegada de Carletto supone la constatación de que el matrimonio entre el alto dirigente y Mourinho acabó mal. Florentino cambia bruscamente de pareja y une su destino al de un referente educado, dialogante, condescendiente, en las antípodas del preparador de Setúbal. No se parecen en nada. Sus equipos juegan diferente, los vestuarios los gestionan de forma distinta y sus relaciones con la prensa son opuestas. Uno impone, el otro persuade. Uno ordena y manda, el otro busca el consenso. Si Mou ejercía desde su ego, Ancelotti llega con un manual de estilo en el que, si se cumplen las previsiones, el primer punto innegociable reside en anteponer el interés de la entidad a los deseos personales.

Allí donde ha ejercido su profesión, aseguran que el italiano admite las recomendaciones de quienes le rodean, sin imponer las altas y las bajas. Aconseja a los dirigentes y a los directores deportivos, pero delega en ellos la decisión final. Aplicó esta fórmula en sus ocho años en el Milan y encontró el éxito con dos Champions, el Scudetto o el Mundial de clubes... En el vestuario siempre utilizó la mano izquierda. Bien considerado por las estrellas de sus equipos, evita el conflicto antes de tener que intervenir y tomar decisiones. Y su relación con los presidentes fue buena, salvo con el jeque catarí del PSG. Supo manejarse incluso con Silvio Berlusconi, quien le aconsejó en su momento la conveniencia de jugar en el Milan con dos delanteros por delante de Kaká, y más tarde la titularidad de Pato. Escuchó, calló y aceptó.

Los deseos del presidente fueron órdenes y Berlusconi no dudó en definirle siempre como un «gran entrenador». Ancelotti también supo ser paciente con el ruso Roman Abramovich, el magnate del Chelsea, pero no pudo soportar a Al-Khelaifi porque entiende que le ninguneó cuando se puso a buscarle sustituto, todavía con contrato en vigor. Avisó entonces a su amigo y agente Ernestro Bronzetti y le trasladó su deseo de fichar por el Real Madrid. Tras conquistar tres ligas diferentes en Italia, Inglaterra y Francia, busca el éxito en España, país al que adora porque su pareja es una mujer alcarreña, de Guadalajara, a la que conoció en Canadá.

Sin renunciar jamás al sentido táctico que adorna a todo técnico italiano, Ancelotti exige un buen trato de balón a sus equipos. Y no le importa poblar los onces con futbolistas de corte ofensivo. En el PSG , por ejemplo, hacía jugar a Pastore, Lavezzi, Lucas Moura e Ibrahimovic juntos, con Matuidi y Verratti por detrás. Y en su mejor Milan supo juntar a Seedorf, Pirlo, Rui Costa, Kaká, Shevchenko e Inzaghi. El reto siguiente es poner de acuerdo al Bernabéu, dividido por Mourinho. «Esperemos que todo salga bien. Mourinho era muy exigente con los demás y consigo mismo.

Ancelotti también lo es, pero de otra manera», avanzó Florentino Pérez en una reciente entrevista. Como diría Jorge Valdano, Ancelotti podrá devolver al Madrid lo que como jugador le quitó. Vistió la camiseta del Parma, de la Roma y del Milan y fue partícipe del humillante 5-0 a los blancos en San Siro, en la Copa de Europa 1988-89, ya que anotó el primer gol de los rossoneri.

Antes de retirarse en 1992, el centrocampista levantó dos Copas de Europa, dos Intercontinentales, dos Supercopas de Europa, tres Ligas, cuatro Copas y una Supercopa de Italia. Desde luego que fue cocinero antes que fraile.