Los médicos recomiendan paciencia para tratar la lesión discal del galés
15 oct 2013 . Actualizado a las 19:00 h.¿Y si el gol más sonado de Gareth Bale, el fichaje de los cien millones de euros, se lo metieron al Madrid? La protrusión discal crónica del galés cuestiona la idoneidad de su contratación. La prensa británica se recrea en chanzas sobre la pertinencia de su incorporación después de que se le detectase la lesión el día de su presentación, el 2 de septiembre. El resultado del mayor desembolso de la historia del fútbol está por ver.
Bale se recupera de un problema en el muslo izquierdo, pero podría jugar el sábado ante el Málaga y los servicios médicos del Madrid garantizan que se enfrentará al Barça el día 26. Pero es su lesión latente la que genera dudas. Porque la protrusión -en el caso del galés, entre la quinta vértebra lumbar y la quinta del sacro (L5-S1)- es el estado previo a una hernia discal, una dolencia que suele terminar en el quirófano.
«La frontera entre la protrusión y la hernia es complicada de determinar. Y si el futbolista sufre un golpe, podría agravarse», explica Carlos Brage, jefe de los servicios médicos del Racing de Ferrol. Marca reveló la lesión de Bale, y habló de una hernia y otra protrusión, una información que el club rebajó luego a un simple protrusión.
«Son casos relativamente frecuentes entre deportistas, habituados a gestos bruscos por rotación del tronco, y afortunadamente se pueden tratar de forma conservadora», añade el traumatólogo coruñés Rafael Arriaza.
¿Arriesgó el Madrid al presentar a Bale tras detectarle la lesión?
«Un problema así requiere mimar a un jugador e incluirlo en un trabajo preventivo sistemático. Y, aunque la decisión sobre un fichaje no depende de los médicos, sería raro negar la contratación por una protrusión tan solo», añade Arriaza. Los médicos, en todo caso, recalcan la cautela necesaria para trabajar con un futbolista en esas condiciones. Ese necesario trabajo de fortalecimiento de algunos grupos musculares puede chocar con el interés del club en sacar réditos de un fichaje tan caro. «Hay futbolistas y casos con los que se debe tener paciencia. Yo me considero un afortunado. Cuando Valerón llegó del Atlético pudimos realizar un trabajo preventivo durante cuatro meses antes de dejarlo jugar», recuerda Arriaza.
La condición crónica de la lesión supone un problema para Bale y el Madrid. «No va a ir a mejor. Este tipo de dolencia generará más o menos molestias, pero la zona no se regenerará. Y lo más grave sería que la protrusión afectase a una raíz nerviosa», considera Miguel Santiago, experto en medicina deportiva y profesor en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidade da Coruña.
«Un futbolista realiza tareas muy explosivas y a una alta intensidad, y ahí pueden surgir problemas», añade Santiago, que coincide en que la protrusión discal es más frecuente de lo que pueda parecer. «Si hiciésemos pruebas exhaustivas a atletas que desde muy jóvenes practicaron deporte, apreciaríamos pequeñas modificaciones en la inmensa mayoría, microlesiones que pueden darles problemas», matiza el profesor de la UDC.