Otro Madrid-Barça lleno de incógnitas

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La mitad de la Liga pasa por el encuentro de este domingo en el Bernabéu

18 mar 2014 . Actualizado a las 17:27 h.

«La próxima jornada hay un partido que va a ser bonito de mirar», repitió un par de veces Simeone el pasado fin de semana después de derrotar el Espanyol. El técnico argentino del Atlético de Madrid sabe que gran parte de la resolución de la Liga pasa por lo que suceda en el Santiago Bernabéu este domingo entre los dos gigantes del fútbol español y lo mejor es que a él le ha tocado el papel más cómodo en esta guerra, el del espectador. Cualquier resultado le servirá para continuar su perenne persecución del liderato. Por su parte, Real Madrid y Barcelona alcanzan la cita con trayectorias diferentes, pero sumergidos en un mar de dudas. El conjunto de Ancelotti parece favorito sobre el papel, pero la calidad que han demostrado los futbolistas de Martino en los choques importantes de la temporada y la última goleada a Osasuna han equilibrado la balanza. Pocas veces noventa minutos arrojarán tantas respuestas sobre dos proyectos megalómanos y que aún acaban de nacer.

¿Quién tiene más cosas que perder en el enfrentamiento?

Al Barcelona caer derrotado lo alejaría a siete puntos de la cabeza de la tabla. Una diferencia que semeja insalvable con solo nueve jornadas por disputar y con un Madrid cuya última derrota data de la primera vuelta en el Camp Nou. Ni siquiera el empate le serviría para echar el lazo a su eterno rival. Todavía estaría a dos tropiezos de alcanzarlo y debe recibir al Atlético de Madrid en la última jornada.

Pero tampoco para los blancos sería una noticia alentadora perder en el Bernabéu. Su afición espera que le den la estocada a un enemigo que intuyen bajo de fuerzas. Los efectos del golpe anímico de dejar escapar tres puntos de la Castellana serían incalculables.

¿Se le agotaría el crédito al Tata Martino en el caso de un traspié?

A nivel personal, el que más se juega en este clásico es probablemente el Tata Martino. Si bien los resultados que ha firmado hasta ahora se ajustan al guion de un grande, la imagen que ha dado su Barcelona, alejada de la excelencia que le otorgó Guardiola en el pasado, ha levantado ampollas entre los seguidores culés. De quedar arrinconado en la Liga, solo le restaría la bala de la Champions para salvar la temporada.

Ancelotti, en cambio, todavía dispondría de un punto de ventaja sobre el Barcelona y, si el Atlético gana, quedaría segundo, empatado en la cúspide de la clasificación.

¿Cómo llegan las estrellas de los dos equipos al duelo?

Cristiano Ronaldo atraviesa uno de los momentos más dulces de su carrera deportiva. Es el máximo goleador de la Primera División y también está consiguiendo triunfar con su selección. Su caudal realizador no ha aflojado ni un ápice y le beneficia el sistema con tres atacantes que le deja libertad y espacios para arrancar hacia la portería contraria.

Para Messi la temporada no ha ido todo lo lustrosa que se esperaba. Una inoportuna lesión frenó su puesta a punto y tuvo que viajar a Argentina para recuperarse. Además, los problemas extradeportivos que ha tenido el Barça también le acabaron salpicando. La renovación de su contrato es un tema recurrente en las oficinas del club. Pero cuando han aparecido los grandes desafíos, la Pulga jamás ha fallado. Su capacidad de desequilibrar una contienda es indiscutible. Solo necesita aparecer una vez para alojar el balón en la portería contraria. Sin ir más lejos, el domingo pasado concedió su enésimo recital, el que le convertía en el máximo goleador de siempre del Barcelona. Palabras mayores.

¿Habrá la tensión de otras ocasiones?

El aterrizaje de Ancelotti en el banquillo del Real Madrid ha servido para desacelerar las revoluciones con las que solía afrontar el conjunto blanco estos partidos. La ida nada tuvo que ver con lo que acontecía durante la etapa de José Mourinho como entrenador. Sin embargo, el domingo habrá demasiadas cosas en juego como para que la visita del Barça vaya a ser amistosa. Y hay jugadores incorregibles, sospechosos habituales, que bajo los focos de un partido mayúsculo nunca se sabe cómo reaccionarán.