El Rosalía de Castro consiguió la permanencia en la Liga EBA de baloncesto masculino tras firmar una irregular campaña y conseguir solucionar todos sus problemas deportivos en un final de liga muy aceptable. El equipo salvó la categoría en la última jornada, a la que llegaron cuatro candidatos con la soga al cuello. Los colegiales solo dependían del resultado de su partido. Y los pupilos de César Fernández cumplieron a la perfección y ganaron su enfrentamiento más decisivo. Era, de todos modos, quien mejor lo tenía de los implicados.
Kiko Montero, secretario de Fedesa (Fundación Educación y Deporte de Santiago), reconoce que fue un año «muy irregular». Explica que el equipo «empezó muy bien» aunque sin conseguir grandes resultados. Luego se bajó mucho el rendimiento y el Rosalía se fue hundiendo en la tabla. En la recta final los colegiales recuperaron el oxígeno perdido y se salvaron. El plantel está formado por jugadores «de la de casa, con gente del instituto», que compiten en una liga en la que muchos equipos cuentan con un buen número de jugadores extranjeros.
«Pudimos ganar algún partido más, pero la presión a veces nos pudo y la suerte no nos acompañó. Pudimos firmar dos o tres triunfos más y salvar antes la categoría», señala Montero sobre el colectivo que entrenó César Fernández, que cumplió su segunda temporada en el equipo, aunque lleva casi diez años en el club.
La Liga EBA está más barata que nunca y en el Rosalía ningún jugador cobra. De todos modos, en estos momentos la junta directiva le está dando muchas vueltas al nuevo proyecto y a la continuidad del Rosalía de Castro en EBA. «Todavía estamos cerrando la temporada actual y viendo las opciones que tenemos en nuestras manos. Creo que empezaremos a tomar decisiones a partir de la próxima semana», cuenta Montero, quien tiene muy claro que «la idea es mantener el equipo de EBA y el filial de la Autonómica para el año que viene».
Cien mil euros
Para esta actividad deportiva del baloncesto, el instituto maneja un presupuesto aproximado de cien mil euros, de los que veinte mil se lo lleva el equipo de EBA. Esta última cantidad se va en largos desplazamientos a Salamanca, Zamora y Asturias, además de gastos arbitrales y federativos. Así se completa el presupuesto de un equipo en el que ninguno de los jugadores percibe salario. Kiko Montero explica que «esta cantidad no se puede recortar mucho más» y señala que más de la mitad de los viajes se hacen en coche y solo se va en autobús a los encuentros que son fuera de Galicia.