Iniesta, el centenario más amargo del nuevo líder de la selección española
DEPORTES
El centrocampista quedará como estandarte del equipo y liderará el nuevo proyecto
23 jun 2014 . Actualizado a las 18:51 h.Andrés Iniesta jugará su partido número 100 con la selección española esta tarde en Curitiba, en medio de un ambiente de funeral, un España-Australia triste e intrascendente que apenas sirve para coronar el centenario del centrocampista al mismo tiempo que para decir adiós a otros pesos pesados del equipo más glorioso del fútbol español.
Iniesta inscribe su nombre en el grupo de los 100, igualando a Puyol, por detrás de Sergio Ramos, junto al que liderará el nuevo proyecto de la selección española que resulte de la renovación del equipo y de la decisión que tomen la RFEF con el seleccionador y la que tomen históricos del grupo como Casillas, Xavi, Xabi Alonso y Villa. Todo parece indicar que los cuatro dirán adiós a la selección tras lo de Brasil.
Mil batallas
Iniesta, un veterano ya de mil batallas a sus 30 años, está llamado a ser el líder de España, como lo hará en el Barcelona de Luis Enrique. Sin Puyol, Xavi y Valdés, con Messi ejerciendo su particular forma de liderazgo, Iniesta recoge los galones de la experiencia y de la calidad tanto en su club como en la selección. Apareció muy golpeado anímicamente tras la derrota ante Holanda, el mismo rival contra el que logró un gol que será recordado por todos los tiempos. Iniesta, que viene de una temporada durísima en lo mental (la muerte de Vilanova, el aborto de su segundo hijo), fue de lo poco salvable de España en el campo durante los dos partidos de la primera fase.
No fue suficiente. «Hemos estado en lo más alto y ahora estamos en lo más bajo. Es una decepción muy grande para nosotros, para la gente. Es muy cruel, teníamos mucha ilusión. Desde el primer momento se ha torcido», dijo tras caer ante Chile. Huérfano probablemente de Xavi, Casillas y Alonso, ya fuera de la ecuación Puyol, a Iniesta le tocará ser el Pirlo de España. Ante Australia dará otro pasito más hacia la leyenda, siquiera en el partido más triste de los últimos años.