Mundial 2014: Bélgica vence a Corea del Sur y cierra la fase de grupos con pleno

La Voz JAVIER BRAGADO | COLPISA

DEPORTES

PAUL HANNA

Los asiáticos no amenazaron a los suplentes de Wilmots, que jugaron con diez durante 50 minutos

27 jun 2014 . Actualizado a las 02:14 h.

La selección de Corea del Sur no tiene sangre caliente por su venas. Ni bravura. O al menos no cuenta con la misma voluntad que los jóvenes belgas. Así se vio en el último partido de grupo H en el que los asiáticos debían ganar para lograr el pase a octavos de final mientras que los europeos en teoría no contaban con alicientes ya que el primer puesto del grupo estaba casi asegurado. Sin embargo, el conjunto belga que presentó Wilmots con Hazard y Lukaku en el banquillo demostró mayor voluntad, ambición, vigor y mejor forma física que sus rivales. De hecho, en contra de lo esperado fueron los diablos rojos quienes se abalanzaron sobre sus rivales desde el primer minuto y el acoso no sumó goles a su favor solo por la falta de puntería de Mertens y sus compañeros. Es más, si los atacantes belgas fueran más letales el choque se habría decidido antes de marchare al descanso.

Sin embargo, poco antes de marcharse al vestuario el rumbo del duelo se desvió ligeramente el rumbo por un factor que se originó en la propia selección belga. Con todo controlado, el centrocampista Steven Defour entró con excesiva agresividad a un adversario y el árbitro decidió expulsarle. Sólo entonces subieron las pulsaciones de los surcoreanos. Con un jugador más en el campo y con 45 minutos para una posible despedida del Mundial los asiáticos se liberaron un poco de su tradicional contención para buscar la posible victoria y clasificación. Pero sólo un centro de Heung-Ming que se cerró hasta golpear al larguero inquietó Courtois.

Courtois, entretenido

La realidad es que para el guardameta del Chelsea los ataques de los surcoreanos sirvieron más como un entrenamiento activo para ensayar sus salidas a balones colgados que para probar sus nervios. Mientras, sus compañeros dedicaron la segunda mitad a ajustar las órdenes defensivas de Wilmots sin demasiada presión. Incluso el escaso peligro de los asiáticos permitió a los belgas descolgarse de vez en cuando hacia el campo contrario hasta que de manera irremediable el destino se cumplió cuando Seung-Gyu despejó al centro del área un disparo del activo Origi y Vertonghen empujó el balón a gol

En resumen, en Sao Paulo se agudizaron las sensaciones que ambas selecciones desprendieron durante la fase de grupos. Los asiáticos no lograron improvisar ni Myung-bo Hong ordenó desde el banquillo salirse deamasiado del plan preestablecido, mientras que los belgas aprovecharon su mayor calidad ante los cuadriculados surcoreanos. No obstante, la selección belga todavía no ha actuado con el papel de revelación y de amenaza que se le presuponía antes del torneo y quizás necesite de una selección más exigente para explotar su potencial. En octavos, los de Wilmots se enfrentarán a Estados Unidos, otro conjunto con similares deseos.