El tolosarra piensa en completar su formación para un hipotético futuro en los banquillos
28 ago 2014 . Actualizado a las 19:01 h.Ni por la irrupción de Kross en el Real Madrid y el miedo de quedarse a su sombra, ni por dinero, ni las deliciosas salchichas y cervezas que preparan en Bavaria. La verdadera razón de la marcha de Xabi Alonso al Bayern de Múnich hay que buscarla en el banquillo del Allianz. El tolosarra se marcha a Alemania para hacer un máster de entrenador.
Sus características sobre el terreno de juego ya apuntaban hacia un proyecto de entrenador. Aconsejando a los compañeros, ordenando los momentos en los que se acentúa la presión sobre el rival o discutiendo con el árbitro sobre su última decisión (hay jugadores que no necesitan brazalete). Y es que el hijo de Perico Alonso, si habitualmente está acostumbrado a pensar sobre el campo un poco más rápido que el resto de sus compañeros, en esta ocasión va dos o tres temporadas por delante. A Xabi, a sus 32 años, le queda poco tiempo en el fútbol al máximo nivel. Dos o tres cursos en los que, además de formar parte de una plantilla que aspira a todo, aprovechará para complementar su formación como entrenador bajo la tutela de Guardiola. A observar, tomar nota, aprender su método y preguntar en caso de duda. Y esto, tras sus tres años en los que actuó en la medular madridista como la prolongación de Mourinho en el terreno de juego, lo convertirá en el entrenador total. Porque además de haberse instruido en las dos corrientes futbolísticas más influyentes de la última década, el Mourinhismo y el Guardiolismo, habrá participado en los tres mejores campeonatos: Inglaterra, España y Alemania. Un espía que conoce los secretos de la KGB y la CIA, un doctor formado en Oxford y Cambridge o un jugador de ajedrez pupilo de Kasparov de lunes a jueves y aprendiz de Karpov el resto de la semana. En definitiva, alguien con un palmarés envidiable, pero con una formación inigualable.