Parto de la base de que no me gusta todo lo que rodea al Balón de Oro. No soy de hacer homenajes a jugadores cracs. No soy ni de Messi ni de Cristiano Ronaldo. De hecho me da igual el debate de proclamar a uno como el mejor o al otro. Pero está claro que este año 2015 Messi ha sido el jugador más determinante y se merece llevar este premio. Se lo merece por números. Principalmente por todo lo que ha ganado y, luego, por cantidad de goles y calidad de los mismos. Pero digo que no me gusta esta parafernalia del Balón de Oro porque para mi el fútbol es un deporte colectivo y este galardón premia principalmente a los delanteros. Se olvida de que hay mucho más detrás. Hay jugadores que son buenísimos que nunca se van a llevar este título, como para mi es el caso de Andrés Iniesta, pero que son tan importantes en un equipo a la hora de crear como lo es el que finaliza las jugadas. Lo mismo ocurre con los porteros o los defensas. Acaparan menos portadas y nunca serán reconocidos como «los mejores del mundo».
Pero al margen de todo eso, ver jugar a Messi es un espectáculo. Es brutal como jugador. Está tocado por una varita mágica. Es un futbolista único. No sé si habrá otro como él en la historia del fútbol. Ahora bien, con todo lo bueno que es, yo no me atrevería a decir que es el mejor de la historia porque cada época es diferente y compararlas es imposible. El fútbol evoluciona con el paso de los años y ahora no se juega igual que en los años sesenta o ochenta. Por eso, ¿es mejor Messi que Maradona o Pelé? No puede saberse. Igual antes, cuando el fútbol era más duro, Messi no iba a poder destacar tanto... Lo que sí es cierto es que es el mejor del momento. Hace cosas increíbles que no puede/podemos hacer el resto de jugadores. Tiene un cambio de ritmo brutal, lo hace todo a una velocidad de vértigo, tiene un gran regate sobre un metro cuadrado y, por si fuera poco, una gran definición. Técnicamente es muy bueno y marca las diferencias. De Cristiano me gusta su constancia y Neymar será el siguiente Balón de Oro, cuando Messi ya no esté y se lo permita. Es el jugador más parecido al astro argentino.
El principal candidato a ganar el Balón de Oro exhibe unas cualidades con la pelota en los pies que lo diferencian del resto. Tiene un cambio de ritmo descomunal, una velocidad de vértigo y una colección de regates que es capaz de ejecutar en un metro cuadrado, algo fuera del alcance incluso para los jugadores más brillantes.