La todoterreno que vuela en el 400

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

PACO RODRÍGUEZ

Paula Iglesias, que hace altura, vallas y combinadas, batió el récord júnior de 400 metros tras 35 años

09 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Teresa Rojas corrió los 400 metros en 56 segundos y 60 centésimas en 1981 faltaban 17 años para que Paula Iglesias (A Coruña, 1998) llegase al mundo. El lunes, 35 años después, se conocieron. «¡Ya era hora!», comentó la exatleta. Porque su récord, el más longevo del atletismo gallego en categoría júnior, tocó a su fin cuando la velocista del Riazor paró el crono en 56.56 en el nacional bajo techo de Madrid. «A principios de temporada uno de mis objetivos para la pista cubierta era batir ese récord, lo que no me esperaba era batirlo el sábado sino dentro de 15 días en mi campeonato de España», comentó la nueva plusmarquista.

A Paula el atletismo le viene de cuna -su madre fue velocista, es su entrenadora y presidenta del Riazor- y sabía lo que se traía entre manos con la marca. «Lo que me sorprende es que en 35 años toda la gente que ha pasado por júnior y ha corrido en 400 no haya sido capaz de correr por debajo del 56.60. Yo estoy muy orgullosa de haberlo batido. Al acabar la prueba me sentí muy contenta, sobre todo por las sensaciones al correr».

Teresa Rojas está igual de feliz con que sus días de ránking hayan tocado a su fin. Considera esta coruñesa, que forjó su récord entrenando en las calles con sesiones de mucha cantidad y poca calidad (al contrario que ahora), haciendo series en un parque y corriendo en carreras mixtas -«porque éramos muy pocas mujeres»-, que mantener la marca durante tanto tiempo tiene mucho que ver con la travesía en el desierto que ha pasado el atletismo a nivel de base en Galicia. «A la gente le es mucho más cómodo entrenar a fútbol o a baloncesto, el atletismo te exige más, pero ahora, por fortuna, parece que tenemos a una buena generación por delante». Lo dice desde el conocimiento al no haber perdido su relación con el mundo del atletismo, en el que ejerce ahora de jueza.

El récord gallego júnior de los 400 metros es la confirmación de un producto que comenzó a fabricarse muy pronto. Antes de andar, Paula ya estaba en la pista con su madre y a los cinco años tuvo contacto con la escuela. Desde entonces ha hecho vallas, salto de altura e incluso las pruebas combinadas, aunque desde hace un par de años se ha especializado en el 400, una carrera ideal por su tipología (es alta) y sus cualidades técnicas, con una amplia zancada y un tobillo muy fuerte para una prueba tan exigente. Dicen los gurús que la más dificultosa en el arco de la velocidad. «Es la más fastidiada porque lo tiene todo. Es velocidad pero también debes tener mucho fondo, resistencia. Lo único que puedo decir es que cada vez que acabo me da ganas de no volver a correr nunca», algo que nunca cumple.

De hecho, ya tiene señalado en rojo el próximo reto. En dos semanas afrontará el nacional júnior en Sabadell con la intención de rebajar su propio récord y colgarse el oro. Con el aval de haberse cargado la última marca de los míticos años ochenta.