
El clásico, intrascendente en la Liga, se revela vital para Luis Enrique y Zidane
01 abr 2016 . Actualizado a las 14:48 h.Si se mira la clasificación, el clásico de mañana en el Camp Nou (20.30 horas, Canales Digitales) podría parecer hasta un partido insípido -un clásico nunca es descafeinado-. La distancia en la tabla, al ritmo que puntúa el Barça, semeja tan grande que ni siquiera un tropiezo con el eterno rival le daría vida a la Liga. Pero si examina desde el prisma de los entrenadores, el choque gana trascendencia. Tanto Luis Enrique como Zidane tienen argumentos para que se convierta en uno de los exámenes finales de la temporada.
Consolidar las dinámicas
La excelencia del Barça frente a la recuperación blanca. Dicen quienes los han jugado que ningún jugador necesita motivación para dar el máximo rendimiento en este tipo de desafíos. Sin embargo, en Barcelona empieza a calar la idea de que el Madrid se encuentra tan desarmado que, a poco que los culés se esfuercen, saldrá del Camp Nou con una nueva goleada rumbo al puente aéreo. Luis Enrique se esfuerza en recordar el potencial del equipo que tendrán mañana enfrente, debe evitar que el mensaje que circula entre la afición se cuele en el vestuario. Porque es consciente de que una derrota en el clásico generaría dudas justo antes de afrontar el tramo decisivo de una campaña en la que aspiran, como mínimo, a repetir el triplete. El Barça debe limitarse a seguir siendo ese Barça infranqueable que emergió de una crisis en Anoeta en enero del 2015.
Por su parte, el Madrid ha mejorado bajo la batuta de Zidane. Al menos la plantilla cree en él. Es un comienzo. Pero si para Benítez el 0-4 de la primera vuelta significó su condena, para el técnico francés un tropiezo doloroso en el Camp Nou puede convertirse en el principio de su adiós. En este sentido, Zidane mantendrá a Casemiro en el eje de la medular para lograr el equilibrio que le faltó al Madrid de Benítez en el primer intercambio de golpes con el eterno rival.
Dosificación de las piezas
La Liga de Campeones ha pasado a ser la prioridad. Con la constatación de que en el clásico lo de menos son los tres puntos, Luis Enrique y Zidane deben hacer una cosa todavía más complicada: ganar, pero dosificando. El Barça, que el martes se medirá contra el siempre temible Atlético de Simeone, ya tiene la Liga encarrilada y ahora la Champions pasa a ser su prioridad y no se puede permitir desgastarse antes de su cara a cara con los rojiblancos. Para el Madrid, Europa es la salvación para un año nefasto. Sin embargo, quizás Zidane está en una posición preferente para resolver esa compleja ecuación de partida, porque el miércoles su contrincante es el Wolfsburgo, a priori más asequible que sus vecinos del Manzanares.
Factor anímico
Los siguientes retos, conla moral por la nubes. Para el Barça, un triunfo tan imponente como el que consiguió en el Bernabéu transmitió a la plantilla la sensación de que ya era indestructible A partir de entonces, ni siquiera cuando plasma sobre el césped su versión más raquítica sufre para doblegar al contrario. El valor moral de aquella conquista solidificó las conexiones entre sus futbolistas más determinantes y a casi nadie se le ocurre cómo hincarle el diente.
En el Real Madrid aún no se han repuesto de la depresión que generó el meneo de la primera vuelta y que terminó, en última instancia, con la destitución de Rafa Benítez, otro cromo galáctico escogido por Florentino Pérez y que resultó un rotundo fracaso. Una victoria en el Camp Nou dispararía el optimismo en el camino hacia la undécima.
Las lesiones
Ninguno quiere salir con heridas del Camp Nou. Para el Real Madrid ha sido uno de los quebraderos de cabeza. Zidane apenas ha podido contar con Benzema, Cristiano y Bale los tres juntos en el campo. Y, por fin, ha recuperado a las tres piezas que semejan claves en el actual proyecto del conjunto blanco. Luis Enrique, en cambio, se ha esforzado por dosificar a algunos de sus hombres importantes y teme perderlos en un partido de exigencia extrema, pero de repercusiones exiguas en la disputa del título.
Cruyff
El homenaje que puede distraer la atención de todos. Este no será un clásico normal. Todo girará en torno a Cruyff, se convertirá en un gran homenaje a la leyenda que modificó el destino del Barça y del fútbol español. Un ambiente así complicará que los jugadores se centren en aplicar al milímetro los planes concebidos por sus técnicos. Iniesta, de hecho, reconocía que la plantilla había estado pensando en su propio homenaje.