Francia busca su tercer título, Portugal el primero, ambos con un juego basado en el orden y el contragolpe
10 jul 2016 . Actualizado a las 17:46 h.Rien ne va plus. Sin haber hecho gran juego. A partir de las 21 horas, en Saint Denis, empezará a rodar por última vez la ruleta de la Eurocopa 2016. Y hacia las 23 horas, si el desenlace no requiere prórroga o penaltis, habrá un ganador que se llevará toda la gloria por el valor de los resultados. No tanto por su fútbol, porque ni Francia ni Portugal han llegado al corazón de los aficionados con su puesta en escena.
Las dos selecciones han tramitado todos los expedientes hasta alcanzar la final con más burocracia que arte. De lo que no hay duda es de que son muchos los caminos que pueden conducir a la final, porque el cuadro de la victoria admite tanto la brocha como el pincel. Y en este campeonato ha pintado más el trazo grueso.
Del que pierda no se recordará su fútbol sino la frialdad estadística. Si es Francia, porque por vez primera se le habría escapado un gran entorchado en casa. Si es Portugal, porque en su segundo intento tampoco habría conseguido colgarse el oro. Al que gane difícilmente se le reprochará nada. Las dos aficiones están encantadas y volcadas, más que por el desempeño de sus equipos, por el empeño que le están poniendo.
Pepe, muy recuperado
En Portugal la gran incógnita es Pepe. La fatiga muscular le impidió jugar ante Gales y está haciendo todo lo posible para reaparecer en la cita decisiva. Es un futbolista clave en el esquema de Fernando Santos, que esperará hasta última hora para ver si puede contar con él. Hay optimismo, porque ayer superó con éxito el test de los servicios médicos. Probablemente recupere la titularidad William en la demarcación de medio centro, tras cumplir un partido de sanción. Le da más fluidez al juego de ataque desde atrás. Pero tampoco se pueden descartar las opciones de Danilo, que empezó la Eurocopa en el once inicial y que ofrece un perfil más físico para la contención de la tripleta que conforman Sissoko, Griezmann y Dimitri Payet por detrás del corpulento ariete Giroud.
Didier Deschamps tiene a todo el plantel disponible y los pronunciamientos apuntan a que repetirá el mismo once que apeó a Alemania el jueves. Con Matuidi al lado de Paul Pogba, en lugar de Kanté, y con Sissoko en el costado derecho, el equipo ha ganado profundidad sin perder enteros en la contención. Con esa propuesta le fue bien ante Islandia y perseveró con éxito en la semifinal.
Las expectativas de los aficionados de uno y otro lado se posarán en gran medida sobre las espaldas de Antoine Griezmann y Cristiano Ronaldo, los dos jugadores que acaparan más protagonismo por su capacidad para resolver ante la portería rival. Quizás pase la final por la inspiración de ambos y a nadie le caben dudas sobre el peso de ese duelo.
¿Quién llevará la iniciativa?
Colectivamente, en cambio, está por ver cómo resuelven franceses y portugueses la asignatura de la posesión de balón. Hasta la fecha se han caracterizado por estar siempre ordenados, por no tener inconveniente en tratar de ceder la iniciativa al adversario, y por golpear a la contra. Sin embargo, los dos reúnen talento y recursos para dar un paso al frente, para intentar jugar cerca de la portería rival. Resta por saber si lo hacen desde el principio, prefieren esperar o solo asumirán riesgos si se quedan por detrás en el marcador.
Hay otro argumento que comparten ambos contendientes. Disponen de grandes individualidades, de futbolistas asentados en el escalón más alto de la élite. Pero, a lo largo de todo el campeonato, tanto en la cancha como fuera de ella, los mensajes y el fútbol han puesto al colectivo por encima de los nombres propios. Y los dos bandos irradian confianza en sus posibilidades en las horas previas, la que se han ganado con los resultados. Les queda la batalla que coronará el campeón.