Un equipo coruñés inicia en Teixeiro un plan de entrenamientos entre reclusas como proyecto de integración
18 feb 2017 . Actualizado a las 17:30 h.Hoy por la mañana 16 reclusas de la prisión de Teixeiro (Curtis, A Coruña) saldrán al pabellón del centro penitenciario con sus petos naranjas, su calzado deportivo y unas ganas brutales de afrontar la segunda jornada de entrenamiento. Sí, la segunda todavía. La primera se celebró este jueves y en ella descubrieron un mundo de nuevas sensaciones. Así que, desde esta semana hasta agosto, el fútbol sala romperá la rutina de su encierro, abandonarán el módulo un par de horas y practicarán una nueva forma de interactuar con otras reclusas, con sus entrenadores, y con ellas mismas.
Pero la culpable de todo esto, la entrenadora Pilar Neira, tiene en mente metas más altas y a muy corto plazo. Ese primer entrenamiento le ha transmitido sensaciones tan positivas que incluso la veterana técnica tiene la esperanza de poder federar a su nuevo equipo para competir. «He hablado con el presidente de la Federación Gallega y ve bien que podamos traer alguna competición oficial a la cárcel», explica Neira. Obviamente, este combinado de Teixeiro jugaría siempre como equipo local, algunas de ellas tendrían imposible obtener un permiso para desplazarse a otra localidad. Aunque el municipio de Curtis, donde se encuentra el penal, pertenece a la provincia de A Coruña, la entrenadora y presidenta del Ventorrillo, no descarta que sus nuevas chicas participen en la copa de Lugo con equipos de la categoría provincial.
Para poner en marcha este proyecto han encontrado el respaldo de la fundación Emalcsa, pero la ayuda se ha quedado escasa y finalmente han tenido que recortar recursos para ajustarse al presupuesto. «Incluso estamos negociando con la Federación que no me cobren la mutualidad de las reclusas, porque ellas no salen de aquí», añade Pilar Neira. Con ella colaboran otros directivos del Ventorrillo, como Aníbal Rodríguez y Pedro López Pery, y dos deportistas: Marisela González, que milita en el Allariz de baloncesto, y Ángela Fraga, jugadora de fútbol sala en Santiago.
El germen de este proyecto se encuentra hace más de un año, durante una charla sobre desigualdad impartida por Pilar Neira en el penal. Ya entonces varias internas le preguntaron por la posibilidad de crear un equipo de entrenamiento de fútbol sala. Pilar Neira no lo olvidó y esta semana el proyecto se puso en marcha después de muchas reuniones y gestiones administrativas.
«El jueves comprobamos que tienen más nivel del que esperábamos, fue una agradable sorpresa, en realidad son todas jóvenes y no se desenvuelven nada mal con el balón». Lo dice Pery, a quien le viene de perlas esta experiencia ya que, además de entrenar a equipos infantiles del Silva de A Coruña, se está sacando el título de entrenador con el Deportivo (también ejerce de secretario en el Ventorrillo). Una de las reclusas es brasileña y jugó al fútbol en su país.
-¿Son disciplinadas?
-Las hemos visto superilusionadas, con un afán muy grande de aprender, realmente me quedé sorprendido del nivel.
A Pery también le llamó la atención la falta de afecto que se vive entre esos altos muros de Teixeiro. «Al despedirnos alguna me vino a pedir un abrazo».