Hace unas semanas mantuvo una charla con Arsène Wenger y la pasada semana con Dick Law, mánager de operaciones de fútbol, y les transmitió su enfado por el trato que está recibiendo y que quiere salir ya
03 ago 2017 . Actualizado a las 16:49 h.«Quiero marcharme para jugar y ser feliz. El año pasado apenas tuve oportunidades y cuando las tuve las aproveché. Y esta temporada está claro que va a ser más de lo mismo. Quiero luchar por ir a la selección. Quiero jugar al fútbol. Pero para eso tengo que salir. Y creo que donde mejor voy a estar es en mi casa, en el Dépor. No se están portando bien conmigo. Lo de quitarme el dorsal sin comentarme nada para dárselo a un compañero, ya me parece lo último. Lamentable. Yo así no puedo seguir. Lo he dado todo, pero no he sido correspondido, así que no aguanto más».
Estas palabras, más o menos tomadas de forma textual, forman parte de la conversación que, según ha podido saber La Voz de Galicia, mantuvo la pasada semana Lucas Pérez con Dick Law, el mánager de operaciones de fútbol del Arsenal. El futbolista coruñés está decidido a echar el resto y regresar al Deportivo y así se lo ha hecho saber al responsable de transferencias. Anteriormente, el primer día de pretemporada, también mantuvo una charla con Arsene Wenger en la que expuso al entrenador francés su deseo. Lucas está harto. Se siente ninguneado. Primero fue la decisión de que no realizara la concentración de pretemporada con el resto de compañeros. Y, con el equipo de viaje, se enteró vía Internet de que le habían quitado el número 9 para dárselo a Lacazette.
Se siente engañado
«Me siento engañado. En febrero no me dejaron salir a China con la promesa de que iba a jugar más y fue cuando menos oportunidades tuve. Pero ya lo del dorsal es un gesto feísimo. Qué menos que comentármelo antes, aunque me lo quitarais igual», expresó el delantero gallego a Law. El responsable del Arsenal echó balones fuera y señaló a Wenger y al nuevo gunner como responsables: «Es algo ajeno al club. En el viaje, Lacazette se lo pidió al míster y este lo aceptó. Posteriormente, nos lo comunicó», se excusó. Pero a Lucas, que aparece con el número 28, no le convenció la respuesta, máxime cuando conoce la historia de Özil, que lleva dos temporadas tratando de conseguir el número 10 y el club no se lo da argumentando que es de Jack Wilshere y que, aunque el año pasado haya estado cedido, tiene derecho a conservarlo por antigüedad.
El delantero de Monelos se desespera cuando revisa sus números en Londres y ve las escasas oportunidades que ha tenido. Contra el Nottingham Forest marcó dos goles y dio una asistencia; el premio fue los siguientes cuatro partidos sin jugar ni un minuto. Frente al Basilea hizo un hat trick, cuya recompensa fue dos partidos sin jugar ni un minuto. En la Copa era titular y al llegar las semifinales dejó de tener protagonismo. De 38 encuentros de Liga solo disfrutó de dos como titular... Son unos datos que le tocan anímicamente, máxime cuando este verano, la entidad londinense ha gastado 53 millones más siete en variables para hacerse con Lacazette. Y así se lo hizo ver en esa charla a Law, igual que anteriormente lo había comentado con Arsene Wenger: «El año pasado me dijo que entendía que estuviera a disgusto. Creo que esta temporada las cosas irán peor, así que ayúdeme a salir. Desde que soy futbolista profesional, donde más feliz me he sentido ha sido el tiempo que he jugado en el Deportivo, rodeado de mi familia, de mis amigos... Pónganse en mi lugar. Sé que tengo posibilidades de ir a la selección. De jugar el Mundial. Un sueño. Pero para eso tengo que jugar y tengo que estar feliz. Por eso quiero regresar a Coruña». Con estas palabras se sinceró con su entrenador al regresar de las vacaciones.
Semanas después, sigue en Londres. Triste. Desesperado. Pero cada mañana se levanta y acude a entrenarse con un objetivo en la cabeza: estar a un buen nivel físico para que, en caso de lograr regresar al Dépor, poder ponerse a las órdenes de Mel de inmediato.
Plantilla, cuerpo técnico y consejo de administración confían en la llegada del punta
Lucas Pérez es pieza codiciada por todos los estamentos del Deportivo. Desde su presidente, que ha manifestado públicamente varias veces su sueño de verlo regresar a A Coruña hasta sus excompañeros, que no dudan en mostrar su ilusión porque el de Monelos ponga la guinda a una plantilla que se antoja competitiva. Desde que el 19 de abril, La Voz de Galicia desvelaba las conversaciones entre el Deportivo y Lucas para trazar la estrategia que le permitiera regresar al club coruñés, ninguna de las partes ha ocultado su intención. El primero en hablar fue Tino Fernández. El pasado mes de mayo ya era rotundo: «Es una prioridad que vuelva Lucas Pérez, tenemos el compromiso de ser la primera opción». En aquel momento, el presidente blanquiazul se planteaba lograr la cesión del delantero, en el caso de que Arsene Wenger no lo quisiera. Sin embargo, según fueron pasando las semanas, se vio que el Arsenal no quería cederlo sino traspasarlo. Pero incluso en ese momento, insistió en ello.
Mel, expectante
Igual que lo hizo Pepe Mel. «Sería una gran noticia que Lucas pudiera fichar por el Dépor», manifestó en varias ocasiones. Para el técnico madrileño contar con una dupla atacante formada por Andone y Lucas Pérez es un sinónimo de gol y no quiere renunciar a esa posibilidad. Sin embargo, le preocupa que la llegada del coruñés se retrase en exceso y que, finalmente, no se consiga fichar y quede cojo en esa parcela. Y el otro protagonista de esa posible pareja atacante también se ha mostrado muy feliz de poder actuar al lado de un futbolista que, según dijo, «me haría mejorar mucho a mí, tanto en el progreso como en los números».